Desde el 6 de abril, el Gobierno de Tamaulipas dio a conocer el número telefónico 800 720 3774 para denunciar negocios no esenciales que siguen abiertos, para que la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios actúe y los obligue a cerrar.
La labor periodística obliga a hacer la prueba de este procedimiento, por lo que marco a esta línea en espera de que exista una actuación por parte de la Coepris. Luego de más de 20 intentos que hice, nunca se pudo enlazar la llamada; “usuario ocupado”, decía la pantalla del celular.
Al siguiente día lo vuelvo a intentar. Ahora sí entraba el tono de la llamada, pero cuál fue mi sorpresa que ahora solicitaban un número de extensión, el cual no viene proporcionado en el mensaje del gobernador. Fracaso total para reportar giros no esenciales que siguen exponiendo a sus empleados en esta pandemia.
Y es que la insistencia de la Secretaría de Salud estatal, encabezada por Gloria Molina Gamboa, para que la población ya no salga de casa ante el registro de casos de contagios locales, contrasta definitivamente con el actuar de la Coepris, que con lentitud llevan a cabo los operativos de revisión en los municipios, al menos en la zona sur, donde en sus narices siguen operando un gran número de comercios que a estas alturas ya deberían estar cerrados.
En este nivel, el peligro de adquirir coronavirus es más alto, por el crecimiento de la curva de contagios en la inminente fase 3 de la contingencia.
Esta semana un joven subió un video en vivo en su página de Facebook, donde exhibe cómo un microbús de la ruta Enrique Cárdenas-Universidad circulaba a tope de pasajeros. La mayoría de ellos lamentablemente tienen que usar el transporte para ir a trabajar.
La realidad es esa: no se le ha dado la importancia necesaria al cierre obligado de negocios. La Coepris está rebasada, y al momento no sabemos cuánta gente de la dependencia está dedicada a esta tarea.
Cada día el riesgo crece mientras los patrones se ríen diciendo que van a bajar cortinas hasta que la autoridad vaya en persona, con papel en mano, a pedirlo.
Y solo cerrarían el acceso al público, pero los empleados seguirían trabajando a puerta cerrada, según los reportes que exhiben los afectados en redes sociales.
¿Hasta cuándo van a hacer caso?_