No lo ves venir. No sabes cómo pasó. Por más cuidados que tengas, el coronavirus encuentra la manera de entrar en tu organismo.
“¿Cómo es que me contagié si siempre usaba cubrebocas, me lavaba las manos constantemente, mantenía la distancia, no fui a ningún lugar concurrido, cómo pasó?”, le pregunté al doctor en mi primera consulta en la zona covid de la Clínica 38 del IMSS en Tampico. “A veces ni nosotros lo sabemos; esta enfermedad ha sido tan compleja, tan extraña, te pudiste contagiar en el mismo ambiente donde más estás, el virus puede entrar por la misma mucosidad de los ojos y hasta por los oídos”, me respondió el médico totalmente cubierto de pies a cabeza para evitar contagiarse por el centenar de personas que acuden al día a valoración.
Luego de que te llaman para hacerte la prueba, molesta y a la vez dolorosa, empieza un período de incertidumbre por saber si el resultado es positivo o negativo.
Al siguiente día te llaman del hospital para confirmar que portas el virus.
Para ello ya informaste a todos tus conocidos con los que tuviste contacto para evitar riesgos a terceros.
Inicia otro temor. Mi esposa y mi hija también empiezan con síntomas. Te encomiendas al Ser Supremo.
Y es en medio de toda la desesperación cuando llega la ayuda de familiares y amigos, y son ellos la otra medicina, el otro tratamiento que, sin duda, es el más grande apoyo de todos.
El aislamiento te obliga a permanecer en casa y no cuentas con alimentos o medicinas.
Es ahí donde esos ángeles entran en acción.
Sin dudarlo llegan con bolsas de despensa, sobre todo frutas, hierbas, tés, agua, entre otros alimentos básicos para elevar las defensas del organismo.
Casi un mes después logramos superar la enfermedad que, aunque nos ha dejado algunas secuelas no graves, agradecemos a todos aquellos que vieron por nosotros para nuestra recuperación.
Gracias a Montserrat, Jesús, Anahy, Pablo, Pedro, Luis Manuel, Omar, Mon, por estar ahí. No duden que en cualquier situación haré lo mismo por ustedes.
Por favor, señores, no se descuiden, esta enfermedad puede ser leve o mortal, es una ruleta rusa que no le deseo a nadie que juegue.
No hay que confiarse sobre todo durante estos fríos extremos que estamos viviendo.
Recuerde que el coronavirus puede sobrevivir mucho más tiempo en un ambiente helado como el que se registra estos días. Cuídense. _
