Mientras la mayoría de la industria deportiva parece ponerse en contra de los derechos de los atletas transgénero, la Federación Alemana de Futbol, la más grande del mundo, decide abrirle las puertas a futbolistas trans, intersexuales y no binarios para que decidan en qué equipos varoniles o femeniles jugar.
Esta noticia es más relevante que nunca en el mes del orgullo LGBTTTIQ, y es que aunque la sensación es que la comunidad ha avanzado en la lucha de sus derechos dentro de distintos ámbitos sociales, incluido en el deporte, donde cada vez hay más voces de poder dentro de esta línea de activismo, la realidad es que por cada dos pasos adelante, hay otro para atrás.
El camino a la equidad total en el deporte aún es largo en muchos sentidos. De cara a un año más de conmemoración por los disturbios de Stonewall en 1970, hay que seguirse educando alrededor del tema. Si bien la intención de marcas alrededor del deporte es volverse más inclusivos, la recepción capta que muchas buscan aprovecharse comercialmente de este tipo de fechas especiales sin un mensaje estratégico a largo plazo. Ahora habrá que ver cómo se suman medios y patrocinadores al debate transgénero en el deporte.
En este contexto, recién se dio a conocer la prohibición de estos atletas en competiciones internacionales de natación y rugby, y parece ser que World Athletics utilizará la decisión de la FINA como antecedente para seguir la misma línea ya que Sebastian Coe declaró que si alguna vez se les arrincona a tener que decidir entre la inclusión y la justicia “siempre me inclinaré por la justicia”.
Si bien creíamos que los tiempos en que el deporte era un ambiente hostil para la comunidad había quedado atrás, decisiones como ésta nos hacen dudar. El tema definitivamente no es sencillo.
Por otro lado, aunque idealmente deberíamos vivir en una sociedad en la que nadie tenga que salir del clóset, aún no llegamos a esa realidad. En Tokio 2020, un récord de 186 atletas eran abiertamente parte de la comunidad LGBTTTIQ. Encuestas en distintas naciones muestran mayor aceptación a matrimonios del mismo sexo. Atletas heterosexuales de la Fórmula 1 o del futbol varonil, dos de los ambientes considerados con mayor carga de cultura machista dentro del deporte, se suman a campañas con el arcoíris.
Tendencias positivas existen. Ejemplos cada vez se pueden nombrar más. Pero definitivamente hay que hacer más, porque hay muchos atletas allá afuera que aún no se sienten cómodos con quienes son por el tipo de sociedad en la que vivimos.
Jimena Rodríguez
Twitter: @jiimejime