La historia ya sucedió en Octubre de 1962, Estados Unidos instala una base militar y misiles atómicos en Turquía con alcance para destruir Moscú en media hora, en respuesta y para equilibrar la situación la URSS intenta poner misiles nucleares en la Cuba de Fidel Castro y del Che Guevara; Estados Unidos lo descubre, toma fotografías con un U-2 y Kennedy ordena un bloqueo naval; Nikita Kruschev ordena la utilización de submarinos, Kennedy dispone evitarlo a toda costa; un submarino soviético el B-59 es descubierto y acosado con cargas de profundidad, los norteamericanos ignoran que este submarino tiene armas nucleares; en el submarino, desconectados de Moscú por la profundidad y siendo vapuleados por las detonaciones, un insoportable calor de cincuenta grados, con dudas sobre si ya se había desatado abiertamente el conflicto nuclear y al límite del estrés posible, los tres oficiales al mando debaten sobre disparar sus torpedos nucleares y es Vasili Arkhipov, un héroe mundial poco reconocido, quien se opone con determinación evitando así el fin del mundo pues ya en esa época ambos países tenían capacidad nuclear para destruir el planeta sesenta veces en lo que se denominaba en la guerra fría como MAD, Mutual Assured Destruction, Destrucción Mutua Asegurada.
Hoy en día igual, ante la absorción de Crimea por parte de Rusia, Estados Unidos pretende integrar a Ucrania a la OTAN, con lo cual Putin no podrá estar de acuerdo pues el artículo quinto que regula la Organización del Tratado del Atlántico Norte establece uno de los pilares de la Organización que es la defensa colectiva por la cual un ataque sobre cualquier miembro de la OTAN es un ataque en contra de todos los miembros de la OTAN que hoy suman treinta miembros, cercando totalmente a Rusia. El equivalente sería que Rusia intentara hacer acuerdos de defensa colectiva con Venezuela y Cuba, reviviendo nuevamente lo sucedido en la crisis de los misiles de 1962.
No sería difícil después adivinar que en medio de esta situación China intentara invadir Taiwán y lograr el control del Mar de China y del Pacífico, tal como pasó en la Segunda Guerra Mundial entre Japón y los Estados Unidos y que terminó como sabemos con la detonación de dos bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki.
La crisis de los misiles de 1962 que puso como nunca antes y hasta hoy en día a la humanidad al filo de la extinción terminó cuando Kennedy aceptó desmantelar sus misiles en Turquía, comprometiéndose a no invadir Cuba, y la Unión Soviética aceptó retirarse y desistir de su intento de colocar misiles nucleares de medio alcance en la isla caribeña.
Una solución semejante puede darse ahora.
Mtro. Jesús Torres Gómez
Escuela Internacional de Derecho y Jurisprudencia.