A las organizaciones del sector privado y social les urge saber quién del gobierno federal coordinará el programa de reconstrucción, reactivación económica y seguridad pública en Acapulco y zonas afectadas por el huracán Otis. Buscan enfoques específicos para pymes, comercio, hoteles, vivienda popular y empleo temporal por la vocación turística de la zona para evitar que los jóvenes prefieran trabajar con organizaciones criminales.
Como se sabe, grandes corporativos llevaron apoyos de urgencia primaria a la zona afectada, en coordinación con las fuerzas armadas y la Guardia Nacional, después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó que no se detuvieran los camiones con ayuda. Muchísimas empresas están en espera de poner su granito de arena, pero están en contra del uso politiquero y electoral que se ha dado al tema al entregar apoyos con leyendas oficiales. Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez ya pidieron no hacer uso político de la tragedia.
Hay presencia directa de Femsa, Maseca, Walmart, las fundaciones Carlos Slim y Telmex-Telcel, entre otras, en la distribución de despensas, agua, comedores comunitarios, colchonetas, productos de higiene y medicinas. Los bancos privados emprendieron campañas agresivas a favor de las finanzas familiares y de changarros de los guerrerenses, aunque, como señaló Eduardo Osuna, director general de BBVA México, no llevarán cajeros nuevos “si no vemos una seguridad”.
Este tema es relevante, como también lo estableció Guilherme Loureiro, presidente ejecutivo y director general de Walmart de México y Centroamérica, quien reconoció el saqueo de mercancía en un tráiler. Además de la donación de 100 millones de pesos, el corporativo trabaja de manera directa con sus proveedores afectados, con sus mil 800 trabajadores en Acapulco, a quienes se les paga su salario a pesar de que 23 unidades están cerradas por tener afectaciones, además de otros apoyos.
Javier Treviño, vicepresidente de asuntos corporativos de la empresa, me explicó que el área de compras ya identifica cómo están los proveedores locales, y se trabaja con intensidad para dialogar con los trabajadores porque faltan por contactarse a 800. “En dos o tres semanas empezará operaciones mínimas en algunas instalaciones; se podrán adquirir alimentos, frutas, verduras, agua, artículos personales y de limpieza. No habrá electrónicos”.
Falta mucho por hacer en Acapulco y zonas afectadas. Veremos si hoy habrá claridad en las acciones de gobierno, porque una cosa dice el jefe del Ejecutivo y otra los titulares de las Secretarías de Economía y Hacienda, Raquel Buenrostro y Rogelio Ramírez de la O. No se trata de ver quién se cuelga la medalla, sino quién logra unir los esfuerzos y las acciones para superar la desgracia de familias que no tienen empleo ni dónde vivir.