Hemos estado observando en los medios de comunicación social a policías montados norteamericanos, que con fuetes que usan para los caballos, también los usan para golpear a personas extranjeras que, quieren pasar el río Bravo para llegar a los Estados Unidos, huyendo de quienes en sus países los quieren asesinar, o que no les pueden dar trabajo porque no hay; se trata de un problema muy agudo, porque no hace mucho tiempo, las repúblicas del centro, Caribe y Sudamérica eran sus “repúblicas bananeras”, o sea, tierras explotadas al máximo sobre todo por Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, etc.
Hay un fenómeno inflacionario, del que no dejan de tener grave responsabilidad los medios de comunicación social, al señalar como “sueño americano” el modelo económico de los países altamente desarrollados, la desproporción del valor de la moneda de sus países con el dólar y más ventajas y desventajas que ven los pobres desde los escenarios de su tierra donde abunda la miseria, el abandono, la falta de trabajo, la violencia, etc.
Contando con eso, y más, los miserables se arrancan de su tierra con sus esposas, muchas veces embarazadas, sus hijos de brazos o que necesitan de los brazos robustos y a caminar, kilómetros y kilómetros, vendiendo casas, dejando en su tierra a papás ancianos, amores lícitos y otros dudosos.
La televisión, la radio, la prensa, los decires entre la gente, todos cuentan que hay otro mundo de abundancia al alcance de los pobres, y a caminar, aunque sea despellejándose las plantas de los pies por devorar lejanías.
La gran mayoría de los pobres no están bien informados sobre si acaso existe el “sueño americano”.
Allá se va a trabajar rudo y a lo rudo, bajo la vigilancia de un capataz o especie de capataz.
Les puede ir bien a unos pocos, pero a la mayoría, no; el dólar tiene mejor valor que las monedas nacionales, cuesta menos ganarlo, pero nunca hay que caer bajo leyes de allá, porque las aplican a capricho y sólo a conveniencia de los intereses del país rico, que después de que se ha beneficiado del trabajo de los pobres, todavía se siente ofendido porque unos extranjeros no tuvieron otro remedio más que de entrar como ilegales.
Eso argumentan desde allá donde viven millones de americanos en territorio arrebatado por una guerra injusta a México.
Tan legales y tan olímpicamente injustos.
Sudamericanos, centroamericanos, mexicanos, etc., no hay lugar para ellos en una tierra que históricamente se acredita como de emigrantes.
¡Y les soportamos todas esas puntadas!