De acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, en nuestro país la percepción de inseguridad es del 66.6%. La ciudad más insegura para vivir es Fresnillo, Zacatecas, con un 96.2%; y la menor percepción de inseguridad es en San Pedro Garza García, Nuevo León, con un 7.2%.
Jalisco tiene la sexta y séptima ciudad más insegura, que son Tonalá con un 86.1% y Guadalajara con un 84.6%. Zapopan ocupa el lugar 17, con un 77.5%; Tlajomulco el 28, con un 70.9%, y Tlaquepaque el 29, con un 69.8%. Esos mismos municipios están en los primeros 26 lugares de los 50 municipios más violentos de México, dados a conocer también el pasado lunes.
Las zonas metropolitanas de Monterrey y de la Ciudad de México son más seguras que la de Guadalajara: mientras el promedio de percepción de inseguridad en la primera es de 38.8%, y en la segunda del 62.8%, en la última es de más del doble con relación a la primera, con un 77.8 % (para corresponder a la visita efectuada en días pasados, ahora las autoridades de Jalisco deberían acudir a Nuevo León a capacitarse en materia de seguridad).
A nivel nacional, la percepción de efectividad del gobierno de su ciudad para resolver los principales problemas (entre ellos la inseguridad), tan solo alcanza el 26.3%, pasando de un 54.5% en Piedras Negras Coahuila, al 11.6% de Tonalá en Jalisco, que tiene el gobierno más inefectivo de todo México. En efectividad de sus gobiernos, Monterrey y sus municipios conurbados, superan a los de Guadalajara con más de 20 puntos en promedio, al registrar los primeros 39.7% y los segundos un 19.1% (otra razón más para acudir a capacitarse).
No obstante la creciente participación militar en funciones de combate a la inseguridad, la seguridad no mejora y los homicidios no bajan. Los 52 mil 72 elementos militares de 2019, pasaron a ser 80 mil 210 en el presente año. Jalisco ha sido el estado en el que más se han incrementado los efectivos militares, al pasar de 973 en 2020 a 4 mil 435 en el presente año.
Militarizar la seguridad y pasar la Guardia Nacional a la Sedena, es una apuesta muy riesgosa. La mejor alternativa es elevar la efectividad de las autoridades, así como profesionalizar a las policías locales y municipales.
Javier Hurtado
