Se asegura que la causa de las masacres en escuelas de los Estados Unidos (EEUU), es la Segunda Enmienda a su Constitución, que por más de 226 años no se ha podido reformar o derogar, y que dice: “Siendo necesaria una milicia bien regulada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar armas no puede ser infringido”.
Para entender a lo que se refiere habrá que aclarar: 1.- que milicia, en este caso, no es sinónimo de militar (a eso, su Constitución se refiere como Ejército y Marina, de lo que su Presidente es “Comandante en Jefe”), ni de algo permanente; 2.- que esa “milicia” posteriormente se le llamó Guardia Nacional, y en cada estado es comandada por su Gobernador; 3.- la “seguridad de un Estado libre” se refiere a la permanencia como libre de un estado miembro de la Unión, no a la seguridad pública; 4.- que para que esa “milicia“ civil pueda existir, no se le puede prohibir al pueblo el derecho a poseer y portar armas.
Ese derecho de la Constitución de los EEUU, pasó al Artículo 10 de la Constitución mexicana de 1857; y de ahí al mismo Artículo de la de 1917, como “libertad de poseer armas de cualquiera clase” (se le quitó “portar”). En 1971, se transformó en el “derecho” a poseerlas “en su domicilio para su seguridad y legítima defensa”.
Ya sea como derecho o libertad, hasta el 26 de marzo de 2019 estuvo acompañado de una Guardia Nacional muy similar a la de los EEUU, (civil, no permanente y comandada por los gobernadores de los Estados), desaparecida con esa reforma, paradójicamente aprobada por unanimidad de las legislaturas locales.
En los EEUU, ese derecho -que se justificaba en 1791, cuando la democracia no tenía la difusión que actualmente tiene- se ha convertido en un vil negocio de la Asociación Nacional del Rifle, de la que las mafias mexicanas son uno de sus clientes más importantes. En México, si la Guardia Nacional ya no es civil, no se justifica el derecho de la población a poseer armas.
Solo los EEUU, México y Guatemala establecen en su Constitución el derecho a poseer armas (que solo sirve para cometer crímenes) y que debe ser derogado, pues hoy el arma más poderosa e inofensiva es el voto.
Javier Hurtado