Un fantasma recorre México: el fantasma de la Guardia Nacional (GN). Quieren revivir un organismo insepulto, al que nunca se le puso su epitafio, para dar vida a un Frankenstein, muy distante de lo que fue cuando existió. La GN, que tuvo vida durante el siglo XIX, se caracterizaba por ser temporal; formada por ciudadanos voluntarios; y era comandada por el Gobernador de cada estado. La que quieren resucitar es permanente, formada por policías y militares, y comandada por el presidente de la República.
Ahora bien, ¿cuál era la razón para la existencia de un organismo así? Muy sencillo: fue tomada del modelo de GN de nuestros vecinos del norte (donde sigue existiendo como fue concebida en 1787, sin haberla desvirtuada) para que el pueblo armado (por eso la Constitución de ese país consagra a sus habitantes el derecho a poseer armas) colaborara con el gobierno para hacer frente de las amenazas externas; pero también para salvaguardar las libertades, la república, el Estado de derecho y su naciente democracia de enemigos internos, cualesquiera que estos pudieran ser. En nuestro país, la GN escribió páginas gloriosas de nuestra Historia: de ella, y no del ejército permanente, surgieron figuras como Ignacio Zaragoza, Jesús González Ortega y Ramón Corona. De no ser por la GN, Juárez no hubiera podido restablecer la República en 1867, ni combatir a los invasores franceses y sus aliados internos.
Así entonces, la pregunta es: ¿por qué el empecinamiento para sepultar definitivamente esa patriótica institución? La respuesta no puede ser sino: a).- por ignorancia; o b).-para debilitar competencial y políticamente a las entidades federativas, toda vez que el dictamen que el día de hoy empezará a discutirse en la Cámara de Diputados implica centralismo y Presidencia omnímoda, a partir de desarmar a las entidades federativas por partida triple: 1.- quitándoles la GN; 2.-debilitando a las policías municipales y locales; y 3.- eliminando su facultad de regular a las policías auxiliares locales.
Puede asegurarse que si en los Estados Unidos su Presidente pretendiera hacer lo que en México buscan, Trump se enfrentaría a la férrea oposición de los gobernadores, incluidos los de su partido.
Si el mando de la nueva GN ya no será militar, sino civil, el dictamen legislativo ha quedado sobreseído y no existe necesidad de reformar la Constitución, ni de eliminar las características locales y ciudadanas que en el texto en vigor aún tiene, independientemente de que no haya funcionado en los últimos 100 años. Esto último, no justifica tirarla a la basura, como se pretende. En vez de ello, lo que debería hacerse es activar la actual GN y crear en paralelo un organismo federal de policías profesionales. Lo último no es incompatible con lo primero; y, en ambos casos, no se requiere reformar la Constitución. ¿Por qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?
Frankenstein de la Guardia Nacional
- Columna de Javier Hurtado
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Javier Hurtado
Jalisco /