¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! No de otro tuit paleto de Vicente Vox, u otras fake news de Proceso, Loret o de Brozo, el Trujillo tenebroso. Tengo miedo de que Kinky Téllez, con su actitud de Niña del aro, me regañe por tener mis kilitos de más y que como a la senadora morenista, Antares Vázquez, me cuestione de manera cháfamente histriónica y mucho de espeluznante sobreactuación con grito y mirada desgobernada, me pregunte por cuántos kilos he bajado gracias a mi dieta.
O sea, yo digo que la ANDA y la Sociedad de los Standoperos Chuecos, deberían de multar a doña Kinky por usurpar funciones y desprestigiar a ambos gremios. Claramente esto es culpa deLady X que me la acaba de empoderar, junto con la Rabadán, como “el dolor de cabeza para Morena”. No hay que exagerar,cuando mucho son las punching bags de la izquierda. Por esa y muchas cosas más, el todavía ministro swiftie Zaldívar, después de los ataques de Xóchitl echando espuma por la boca, le respondió al estilo Juan Gabriel cantando “No vale la pena”. Ya solo la pelan Markititito , Rementiría y la Zavala que tardan dos horas en medio entender sus chistes.
Zaldívar puso a la señora Gálvez en su justa dimensión: un personajillo menor que está cada vez más abajo en las encuestas, a pesar de todo el billete grande que le han invertido. Esos osos no se asean.
Y menos los perros osos del PRIcámbrico temprano, al que no le salió en el Congreso la triquiñuela de quitarle 50 mil mdp al Fobaproa para dárselos a Acapulco. Mejor que los millonetas benefificiados con el Fobaproa pongan esa lana para los damnificados, ¿no?
Aunque tampoco sus osos se aseen, lo que me da más miedo de Kinky Téllez no es su personalidad delirante ni su enfermiza gordofobia, ni que mal imite al subjefe Diego, sino que haya sido capaz de mal hablar del maestro Enrique Dussel, un filósofo superior recientemente fallecido. Y con una pequeña ayuda del calderonícola moñero Calderón que niega a salir de la inquisición medieval.Es lo malo de no leer ni el Tv Notas ni el Sensacional de Traileros.
Algo que solo se puede comparar con Anabel Hernández, la prologuista estrella del Rey de cash –una guía para —que, como dice mi admirada Renata Turrent, hizo comentarios que no pueden ser más misóginos como “Claudia Sheinbaum quiere ser López Obrador con falda”. Y Anabel quiere ser como Denise Dresser bailando reguetón.
La gordófoba Kinky Téllez nos quiere gobernar, no le sigamos la corriente, ¡por corriente!