Sinceramente, todo parece indicar que desde las elecciones de 2018 no había tal derramamiento de bilis, vómito negro, dispepsia, y el te agarra chole de la mano desde la inauguración del Tren Maya, constituyó un verdadero pesar en el alma del siempre generoso y gentil público opositor. Esto, por supuesto, acompañado de virulencia sísmica y hambre de sed, entre quienes mientras se enteraban de la inauguración de tal tren, ponían caras de dolor, pena, como de Jo Jo Jorge Falcón en tachas.
De inmediato se desataron las respuestas informativas de la agencia de infodemia del ex presichente Calderón, desde donde se comenzó a distribuir una serie de informaciones alucinantes y dolorosas como el terrible descarrilamiento de un tren a causa del atropellamiento de un Triceratops, de unos Trolls del Señor de los anillos y del Coyote con todo y Correcaminos.
Es que sí, debe de ser un poco complicado tragar que, después de años de alegar que esto nunca va a suceder, que el AIFA era imposible, que Dos Bocas nunca podría ser y que el Tren Maya va a ser peor que el trenecito de Chapultepec, y que todo eso, al final se te haya revertido debe ser terrible, por lo menos varios años de terapia, pero de Choque.
Qué chistoso que los xochibots quisieron opacar al Tren Maya con un derroche de pirotecnia fake, que resultó no solo fallida sino francamente vergonzosa y llena de pus. Verdadero espectáculo del melodrama político-ranchero, donde todo fueron puras jaladas de la peor factura que no representan el billete que se invirtió en ellas. Para mí que el proveedor se los llevó bien gacho al baile.
Ya me imagino el cuadro de diarreicos que le dio a gente como la Rabadán al darse cuenta de que los trenes no convirtieron al mar turquesa en gelatina de grosella al estilo Xóchitl Gálvez. No se trata de hacer leña del árbol caído, pero la reacción de la banda reaccionaria sí fue un poquito berrinchuda e infantiloide. Sobre todo aquellos que organizaron aquelarres y ritos satánicos de por medio, con el muy humanista fin de que cayera un apocalipshit sobre las ruedas que rápido ruedan sobre los rieles del ferrocarril.
O sea, lo mejor que se les ocurrió al sector opositors fue poner para senador plurinominal al cartuchazo quemado de Ricardo Anaya que, además de prófugo de la ley, está bueno para una urgencia.
Se confirma que Claudio XXX es el líder más guango, funambulero de los derechairos al borde de un ataque de nervios.
¡El Tren Maya, derechairo!