La llegada de migrantes a Estados Unidos fue catalogada por la administración federal como una invasión. Los grupos de personas que llegan en busca de mejores condiciones de vida son considerados como adversarios.
La vocería de la Casa Blanca aseguró que, en un tiempo récord, se cumplió con la promesa de terminar con la “invasión migrante” luego de que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) reportó la detención de seis mil 72 personas en junio, el nivel más bajo registrado.
La disminución de detenciones es calificada como “una victoria” para el gobierno estadunidense que es encabezado por el Partido Republicano, sin importar que son seres humanos quienes están en busca del llamado sueño americano.
La victoria que reporta el gobierno federal norteamericano se presenta después de que se dieron a conocer resultados de encuestas que revelan una caída de la aprobación pública de la presidencia en materia de inmigración. El índice de aprobación de 41 por ciento refleja una tendencia a la baja, situación que puede estar relacionada con cuestionamientos a las acciones de deportación masiva.
El gobierno norteamericano ordenó una campaña nacional para detener a los migrantes que se encuentran ilegalmente y prometió deportar a “millones de personas”, ejecutando redadas en lugares de trabajo.
Las acciones contra trabajadores agrícolas inmigrantes podrían desencadenar aumento de precios en los productos del campo y diferentes complicaciones económicas, medidas en las que no todos los ciudadanos están de acuerdo.
A pesar de la victoria que pretende adjudicarse el gobierno norteamericano, las personas provenientes de diferentes partes de Centro y Sudamérica, así como de otros países, siguen ocupando rutas migratorias que pasan por estados como Puebla en busca de cumplir su meta de cruzar la frontera de forma ilegal.
A la par, en el norte de México, en ciudades como Tijuana, en el estado de Baja California, se aprecia la concentración de migrantes de diferentes nacionalidades y hasta paisanos del centro y sur del país que aguardan a un mejor momento para intentar el cruce sin importar que esté en riesgo su vida.