Cultura

Súmmum de Arreola

  • Ruta norte
  • Súmmum de Arreola
  • Jaime Muñoz Vargas

Si uno no es un tremendo lector, pero al menos es un lector “correcto” (el adjetivo lo tomo de Fontanarrosa), guarda una registro mental con imágenes muy sintéticas de los libros que ha leído; en ocasiones esa idea es difusa y sobrevive como un recuerdo condensado en una frase, en una página, en un pasaje... Así, he olvidado la mayor parte de mis libros favoritos de Arreola, pero ignoro por qué no se han nublado en mi memoria algunos de sus relatos. Algo tienen, por ejemplo, “El rinoceronte”, “La jirafa”, “El ajolote” y muchos otros que se me aparecen como dechados de brevedad y los retengo íntegros, como quien retiene un soneto o una décima. O su “Homenaje a Otto Weininger”, un diamante puro que si bien es una pizca de palabras (187), acusa una rotundidad que lo hace inolvidable. El “Homenaje…” es éste:

“Al rayo del sol, la sarna es insoportable. Me quedaré aquí en la sombra, al pie de este muro que amenaza derrumbarse. Como buen romántico, la vida se me fue detrás de una perra. La seguí con celo entrañable. A ella, la que tejió laberintos que no llevaron a ninguna parte. Ni siquiera al callejón sin salida donde soñaba atraparla. Todavía hoy, con la nariz carcomida, reconstruí uno de esos itinerarios absurdos en los que ella iba dejando, aquí y allá, sus perfumadas tarjetas de visita.


No he vuelto a verla. Estoy casi ciego por la pitaña. Pero de vez en cuando vienen los malintencionados a decirme que en este o en aquel arrabal anda volcando embelesada los tachos de basura, pegándose con perros grandes, desproporcionados.


Siento entonces la ilusión de una rabia y quiero morder al primero que pase y entregarme a las brigadas sanitarias. O arrojarme en mitad de la calle a cualquier fuerza aplastante. (Algunas noches, por cumplir, ladro a la luna.)


Y me quedo aquí, roñoso. Con mi lomo de lija. Al pie de este muro cuya frescura socavo lentamente. Rascándome, rascándome…”


Así parezca o sea una peligrosa simplificación de mi parte, creo que este texto es Arreola explica a Arreola, constituye el mester de su trabajo.


Parece una pieza inofensiva, sin mayor jiribilla, pero exhibe de un plumazo una de las mayores catástrofes de la vida humana: el desamor y la decrepitud. El perro es apenas un perro, el mejor pretexto para hablar del hombre al que se le escurre la vida luchando por el amor sin conseguirlo. Y más todavía, “Homenaje…” trata del pobre diablo al que el amor de su vida se le pasea por delante y lo maltrata, valga el lugar común, con el látigo de su desprecio.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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