Cuando me dicen "Vamos de compras", lo primero que pasa por mi cabeza es "no, me da flojera", "estoy cansada", "¿cuántas horas voy a perder para terminar comprando nada?
Siempre he dicho que me choca ir de compras, requiere mucho tiempo, pero sobre todo paciencia. Eso de recorrer los pasillos, escoger, decidir, pensar, caminar, cargar, sacar la cartera de la bolsa, volverla a meter, entre otras cosas, siempre he dicho que eso no es lo mío.
Pero finalmente he descubierto la maravilla de comprar en línea.
Al principio he de confesar que estaba muy a la defensiva con todo esto de hacer compras en línea; porque para mi gusto implicaba "un riesgo", por diversas razones ya que el paquete podría no llegar, o podrían realizar cargos extras a la tarjeta que se ingresaba, entre otras tantas cosas.
Sin embargo, hoy puedo decir que estaba en un error enorme, puedo hacer las compras desde la comodidad de mi casa u oficina y no tengo que estar parada o caminar de departamento a departamento, o incluso cargando cosas y lo mejor de todo es que puedo encontrar cosas que pensé que no podría localizar, como por ejemplo cosas de la serie de "Doctor Who" de la cual soy fan, pero al mismo tiempo he encontrado cosas que me gustan, pero me veo obligada a pensar ¿realmente lo necesito?
Sin embargo, a pesar de ser maravilloso, porque hay cosas excelentes y de buen precio, he descubierto una cosa nueva.
Creo que tengo tendencia a convertirme en una compradora compulsiva, he visto tantas cosas tan bonitas y a buen precio que de manera inmediata considero que "en algún momento lo puedo necesitar" o incluso "es que está bien bonito, lo quiero", y con la cabeza fría tengo que pensar "¿lo necesito?", y entre más lo pienso, más dudas tengo.
Así que mientras aquí sigo buscando cosas bonitas, útiles y a buen precio, entro en un cuestionamiento serio, entre cerrar la computadora para detener mi actividad compulsiva o dejarme llevar por la emoción. Por esto mismo
¡Tengo mis dudas!