Eukid Castañón es uno de esos animales políticos que apelan al abstracto concepto de pueblo para hacer lo que a sus intereses convenga, me dijo un viejo político que lo padeció en los mejores tiempos del morenovallismo.
Aquella charla vino a mi mente esta semana cuando llegué a la página 316 del libro La Casa Sucia. La red de corrupción que llegó para quedarse publicado este año por la editorial Grijalbo.
La autora, Muna Dora Buchahin, ex directora de auditoría forense en la Auditoría Superior de la Federación, da cuenta de datos, evidencias, nombres y tramas de corrupción que operan en el país. Y entre esos nombres y apellidos que nadan en la corrupción aparece el de Eukid Castañón Herrera, un viejo conocido de la clase política poblana.
En su libro Muna Dora Buchahin recupera una parte sustancial del discurso que el 29 de junio de 2018, en el Palacio Legislativo, dijo el entonces diputado Eukid: «Nos preocupa mucho que la Auditoría, involucione para los principios de objetivos para los que fue creada. Nos preocupa que la figura del auditor se adapte a intereses mezquinos y no a los intereses de México».
Al mismo tiempo Eukid operaba para que las elecciones de ese año las ganara Martha Erika Alonso Hidalgo, esposa de Rafael Moreno Valle Rosas. Morena, cuyo candidato era Miguel Barbosa Huerta, lo llamó “el artífice” del fraude electoral.
Dos años después de aquel encendido discurso en el Congreso de la Unión y de aquella victoria electoral en Puebla, el 18 de marzo de 2020 fue detenido por elementos de la Agencia Estatal de Investigación, acusado de extorsión.
Ahora, en otro proceso electoral su nombre vuelve a mover la política local aun desde la prisión domiciliaria: quienes antes se beneficiaron de su trabajo sucio reprueban que opere para Morena, el partido oficialista que antes fue su víctima.
Aseguran una y otra vez que sí trabaja para Morena, y Morena desmiente las veces que sea necesario. Lo cierto es que los primeros saben bien cómo trabaja, su mano la reconocen en lo que ha pasado recientemente, como el allanamiento al Congreso, los atentados que son más avisos porque, dicen, a él no le gusta aniquilar al adversario y sí saberlo con miedo.
Esos mismos hechos a los que Morena resta importancia, sin que aparentemente reconozca en ellos a lo que el morenovallismo le aplicó sin piedad en los meses previos a las elecciones de 2018.
¿Si no es para Morena, para quién está operando?, la respuesta se antoja simple: para mantener un sistema de corrupción en el que a veces es necesario pronunciar discursos como aquel de junio de 2018 en San Lázaro aunque de forma simultánea se haya organizado la hasta entonces elección más sucia de Puebla.
Y es ese entramado, ese sistema de sistema de corrupción, el que primero hay que saber detectar y luego cambiar. Así, ¿podemos permitirnos pensar que los panistas añoran para sí las viejas prácticas de uno de los suyos?, ¿Eukid es ese oscuro objeto del deseo de panistas y morenistas?
Al Margen
No se pierdan el debate del domingo próximo entre dos de los tres candidatos a la gubernatura de Puebla: Alejandro Armenta Mier y Eduardo Rivera Pérez; el tercero en discordia, se sabe, juega a ser anécdota.