El Consejo de Salubridad General en su sesión del lunes acordó declarar la Emergencia Sanitaria en la lucha contra la propagación del coronavirus. No hubo declaratoria de cambio a la Fase 3, sino solo una extensión de plazo de este estado emergente hasta el 30 de abril, lo que se traduce en un paro de las actividades no esenciales, es decir, dejando como esenciales todas aquellas vinculadas de forma directa al soporte a esta emergencia como la parte médica y toda su cadena de suministro, la seguridad pública e impartición de justicia que incluye las labores legislativas.
Por otro lado, también se consideran esenciales toda la actividad financiera, energética, fiscal, agricultura, química, limpieza, asilos para adultos mayores, entre otras, así como la operación de los programas sociales. Se exhorta a no realizar reuniones sociales de más de 50 personas, a someterse voluntariamente al resguardo domiciliario y a la limitación voluntaria de movilidad de los mayores de 60 años, y, se postergan censos y encuestas.
La expectativa era de una declaratoria mucho más rígida y aplicar medidas de contención más severas para atender esta emergencia como ya lo han hecho algunos estados, empresas y ciudadanos que vanun paso adelante en este tema donde el gobierno federal ha sido bastante cauteloso.
Nada se dijo con respecto a medidas económicas de apoyo que impacten de manera favorable en el sector empresarial para seguir manteniendo su plantilla laboral, como tampoco nada se dijo sobre posponer la fecha de la declaración anual de las empresas que se venció ayer. Es claro que el gobierno necesita más recursos para financiar sus programas sociales y es poco probable que ante esto vaya a tomar medidas de aliento para el sector de las pymes.