El sentido del humor debería ser el bagaje de quien quiere encontrar el amor. En su Arte de amar, un manual para aspirantes al amor en busca de mejor suerte, el poeta romano Ovidio lo explica. No hay que hacer esfuerzos desesperados, sino alegres, si se quiere conquistar a alguien. La mayoría de relaciones comienzan con un rasgo de desenfado o ingenio. Las conversaciones iniciales deben tener cierta dosis de juego. En palabras de Ovidio: “Para ser amado, sé amable.”
Mostrar mal carácter hará que te descarten. Nunca hay que ponerse furioso, la ira es repulsiva. No discutas, aconseja Ovidio. Lo que más atrae es una tolerancia inteligente y bromista. Escribió: “Dile palabras que agraden a sus oídos para que se alegre de tu llegada. La aspereza crea odios y crueles guerras. ¡Quedaos lejos, altercados y luchas producidos por una lengua amarga!” Para el poeta, la mejor táctica consiste en una sonrisa de capitulación cuando el otro empieza a acalorarse. Le encantará que le des la razón y te premiará. Cediendo, saldrás ganando. Los buenos jugadores, en el amor y en las restantes partidas de la vida, se interesan más por el placer que por la victoria, así que a menudo permiten ganar a los demás y aprenden a perder con buen humor. En asuntos amorosos, piensa al revés y acertarás. Si te dejas ganar, ganas; si ríes y haces reír, tienes serias posibilidades.
Irene Vallejo