Cultura

Rescatado por perros y gatos

Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 1
Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 1

En sus cejas tatuó los nombres de sus dos hijas, Amileth y Nahomi, y en otras partes del cuerpo grabó diversos signos y figuras que tienen algún significado particular. Edilberto Martínez Tolentino, Eddy, estuvo cinco veces en la cárcel, entre los años 2000 y 20019, acusado de robo, pero un día decidió ya no reincidir y dedicarse a tatuar y cuidar a sus perros, sus salvadores, como él dice, y se juntó con Frida Aranza, una joven que también ama a los animales, empezando por los gatos, sin faltar reptiles y otras especies exóticas, como una víbora y una cucaracha de Madagascar.

Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 7
Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 7

La historia de Eddy comienza en el Ajusco, donde nació con sus hermanos; después del año 1985, sin embargo, sus padres emigraron a un campamento de la colonia Lindavista, al que también llegó gente de las colonias Guerrero y Morelos, entre otras zonas populares del entonces Distrito Federal; era una franja muy diferente de la que él venía, un lugar pacífico y arbolado donde se respiraba tranquilidad, por lo que era demasiado el contraste con su nuevo hábitat.

Él venía “de aquel lado”, dice cuando se refiere al Ajusco, como si se tratara de otro mundo, que en realidad lo era. “Entonces llegó aquí, en un campamento donde hay desperdicio de Tepito, de La Merced, de Jamaica, de Martín Carrera, de la Villa, de la Guerrero, y todos quieren mover su barrio, así como lo oyes, y yo llego de un lugar del que no hay nada de eso, y pues empieza el bullying contra mí”.

Eddy andaba en los 12 años.

Y ahora vuelve hacia atrás:

—Y pues me hacían llorar y tuve que defenderme, ¿no?, al grado que me volví malo; tuve que ser igual a ellos para poder encajar y sobrevivir; estuve en ciertos lugares para ganarme un poco de respeto; pero con el tiempo supe que tampoco ese era el camino.

—Y sentaste cabeza.

—Sí, y lo bueno es que no he muerto, no morí en el camino. He entendido que no es por ahí la cosa.

Habla con franqueza, a veces absorto, y en ese mismo tono aclara que no recurrió a ninguna religión para iniciar una nueva vida, sino que lo hizo por convicción y amor por sus animales.

Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 2
Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 2


Los recuerdos llegan a su memoria durante dos contextos; primero, en la galería José María Velasco, en Tepito, donde expone una poliana de madera; luego, en el campamento de Lindavista, que comparte con Frida Aranza, cuyo su oficio es hacer perforaciones en la piel y de ese modo ayudarse y ver por sus perros y gatos.

Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 8
Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 8


—¿Es una forma de apoyo querer a los perros?

—Pues sí —reflexiona Eddy—, más bien son ellos los que me han rescatado, ¿no? Por eso es muy difícil que yo vuelva a los malos pasos, porque qué pasará con ellos. Nadie los va a cuidar mejor que yo.

Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 5
Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 5

***

Y junto a su compañera Aranza ha pasado estos años, pues ella también rescata animales y tiene páginas en redes sociales donde promociona adopciones con un protocolo que ella misma elabora.

—Ustedes adoptan gatos y perros.

—Cualquier tipo de animal— responde Aranza.

—¿Cualquiera?

—Cualquiera, no tenemos preferencia.

—¿Por qué te gustan los animales?

—Pues yo, desde que tenía dos años, mi abuelita me compraba patos y conejos. Tuve hasta un guajolote.

—¿Y ahorita cuántos gatos tienes?

—Con los de la calle unos 20 gatos.

—¿También a los de la calle vas y les das de comer?

—Los de vecinos, como ellos no les dan de comer, pues vienen aquí, a mi techo, y empiezan llorar.

—¿Y perros?

—Tengo 15 en total.

—¿De qué razas?

—Pues se podría decir que solo tengo uno de raza, este buldog; los demás son criollos.

Los perros y gatos son mansos. Duermen y descansan debajo de una litera, sobre un colchón, aunque algunos suben a la cama, a pesar de sus pesos y tamaños, como es el caso del bulldog, desde donde observan y parecen escuchar atentos la plática con su dueña.

Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 4
Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 4


De pronto se oyen ruidos en el tejado. Son mininos forasteros que olieron la comida que Frida reparte entre los suyos. A los gatos vecinos, que esperan en el patio, les dará de comer más tarde.

Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 3
Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 3


Entre sus brazos trae una perrita azabache, la más pequeña, que encontró abandonada y toda maltrecha; ahora, ya saludable, incluso de pelo brillante, será adoptada, para lo cual deben cumplir con una serie de requisitos que Frida marca en un documento.

“Pues yo en siempre los subo a Facebook, en los grupos de adopción, y me meto a revisar el perfil de las personas que me los piden, para ver sus fotos, para ver si de verdad les gustan los animales; si no tienen fotos, pues la verdad, no se los doy porque no sé con quién estoy hablando”, comenta Aranza, quien añade: “Hay veces que inclusive les pido fotos de sus casas, que me manden fotos, pero algunas personas se molestan”.

Y también tienen que llenar una serie de requisitos y firmar un protocolo, pues ella está al pendiente de todo.

***

Las viviendas improvisadas de este campamento datan de los años ochenta. El campamento está a la altura del hospital Primero de Octubre, del ISSSTE, en la alcaldía Gustavo A. Madero. Es un laberinto de pequeñas casas.

—¿Sientes que ya te reivindicaste?— se le pregunta a Eddy.

—Ya no ando en la fiesta ni en malos pasos, y trabajo; ahora tengo a mis animales que, pues, debo ver por ellos, porque si yo hago una tontería y me voy, pues qué va a ser de ellos, ¿no?

—Finalmente lo pensaste bien para no reincidir.

—Sí, porque he pensado en anteriores ocasiones que he salido, que ya voy a estar bien, que ya me voy a relajar, pero algo pasa; entonces no tenía bien mis ideas; ahora me ayuda la lectura, ¿no? Entendí cosas que no entendía. Supe amar cosas que no amaba. Ahora me gustan las plantas, los animales, la naturaleza, ¿no? Me he conectado, ja,ja.

—No lo volverías a hacer. ¿Es una promesa?

—Pues no es una promesa, sino un fin…de que no debo hacer eso; ya sé que está mal. Hay cosas que uno hace sabiendo que no las debe de hacer. En este caso mi conciencia ya me dice lo que tengo que hacer.

Entonces sacan a pasear a los perros —que bien entienden por sus nombres— y comienzan a jugar en los respiraderos de una estación del Metro, sin molestar a nadie, mientras Eddy lanza un palo para que sus canes se lo disputen y el que gane se lo lleva, para luego repetir el juego.

Es la pareja formada por Eddy y Frida, unidos por su amor hacia los animales, que a veces también llevan a pasear y a chapotear en los ríos del estado de Veracruz, de donde es originaria la familia de Edilberto, quien jamás piensa regresar a la cárcel, pues tiene poderosas razones para andar libre, como ahora mismo, acompañado de Aranza y sus perros.

Humberto Ríos Navarrete. Rescatado por perros y gatos 6
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