Cultura

Ecatepec: buscando la raíz feminicida

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

El equipo está formado por seis expertos. Los coordina Mario Medina Castro, con maestrías y doctorados, quien une su saber con sondeos a ras de tierra, de modo que tiene una visión más depurada sobre lo que indaga. La intención es elaborar un diagnóstico para prevenir la violencia de género. Y el municipio de Ecatepec, Estado de México, es la base del proyecto.  

Todos, especialistas de la Policía Federal, entrevistan a sobrevivientes, victimarios, amigos y familiares. El rastreo se hace con miras a establecer una política pública de prevención social. La finalidad es identificar los principales factores, casi todos enraizados en la infancia. Los hallazgos son variados. Y en este coctel se añaden drogas y alcohol.

Los estudiosos visitan a sentenciados por delitos de violencia de género y a víctimas colaterales. En sus pesquisas han encontrado novedades. Esto les facilitará tener un perfil más completo del feminicida y al candidato que va por esa ruta. Los indicios también permitirán escarbar sobre las causas que avivan el caldo de cultivo que inducen al criminal.

Las colonias Ciudad Cuauhtémoc, El Ostor y La Presa, además de la ya conocida Jardines de Morelos, es donde se registra más la violencia de género y feminicidios, combinadas con las adicciones a las drogas y los ajustes de cuenta, donde a veces las mujeres son objetos de venganza.

El grupo de estudiosos, encabezados por Medina Castro, encontró en Ecatepec rasgos de la infancia en los infractores, que desembocaron en una adultez violenta, pues algunos fueron criados por madres y abuelas, pero éstas no tenían tiempo de atenderlos.

Por otro lado están las víctimas de múltiples violencias desarrolladas en su entorno y legitimadas por la propia comunidad.  

En muchos casos, aunque hayan logrado una posición social privilegiada, incluidas profesionistas, detectaron que soportan maltratos.       

El del llamado Monstruo de Ecatepec es un ejemplo; pero hay otros que pueden rozar en una similitud, pues el germen incubó en el seno familiar.

Los estudiosos han indagado 20 casos y hallaron información explosiva sobre mujeres que permanecen atrapadas en un círculo vicioso.  

***

Mario Medina Castro es subdirector encargado del área de Investigación Social en la División Científica de la Policía Federal.

Tiene doctorado en Ciencias Forenses, maestría en Criminología, licenciaturas en Psicología, Sociología y Pedagogía, experiencia pericial y de investigación en Grafología Forense y Grafoscopía.

Ha indagado temas de trata, violencia de género y feminicidios en diferentes partes del país. Uno de los casos que ayudó a resolver Medina fue el homicidio de una ciudadana española, cuyo asesino, el esposo, pretendió esquivar a la justicia con artimañas, pero al final cayó.

Ahora Medina realiza estudios en materia de violencia de género y feminicidio en Ecatepec de Morelos, donde, asegura, “se hallaron algunos indicadores generales que refieren, justifican y explican los comportamientos agresivos y violentos hacia la mujer y otros grupos vulnerables”.

El doctor en Ciencias Forenses explica que Juan Carlos Hernández, El Monstruo de Ecatepec, “habría estado impulsado a matar por placer a cerca de una veintena de mujeres —quizá más, como él mismo ha expuesto en diversos medios y entrevistas—, junto con su esposa”.

Y es que —analiza el sicólogo— “la depravación infantil y la rampante necesidad de poseer, destruir y consumir, del deseo de poder, control y sometimiento de personas —mujeres, sobre todo— es lo que caracterizó el imago de Juan Carlos”, quien “no pudo controlar su carácter violento, narcisista, poco empático y con mínimos dejos de remordimiento, motivándolo a observar, cualificar y depredar a sus víctimas”.

 

***

El maestro Mario Medina Castro, que hace poco más de 10 años ingresó a la Policía Federal, habla sin jactancias. Y su afán es seguir estudiando.

Dice que todos tenemos antecedentes de sicopatía, solo que es la condición en que vivimos, social y cultural, la que la va a catapultar; pero cuando hay privación, pocas oportunidades, muchas carencias, marginación, indiferencia social, además de violencia física y sexual, es cuando se forma un caldo de cultivo para que una persona crezca con un mínimo de empatía. “Ese es el concepto básico”.

—¿Qué han encontrado?

—Lo que hemos encontrado en la mayoría de los feminicidas es un mínimo de empatía social y un coraje a la figura, más que de la mujer, en la figura de la madre de la familia.

En Ecatepec habita gente que ha venido de otras zonas del país, comenta el estudioso; por ejemplo, de Veracruz, de Puebla, de Querétaro y Michoacán —sobre todo de esta última entidad—, donde “el valor patriarcal, el valor machista es altamente prevaleciente”.

—¿Y otros municipios?

—Donde he visto este mismo esquema —responde— es en Torreón y Piedras Negras, Coahuila; un poco en Tapachula y Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; en Coatzacoalcos y Minatitlán, Veracruz.

—¿Son similares?

—Sí, el comportamiento de la gente es muy agresivo. Es decir, tienen una idea un poco rara, extraña de su espacio vital. “Este espacio me corresponde a mí y a mi familia”, te dicen, “y si yo lo violento es porque yo lo mantengo; yo voy y los curo o yo pago para que los atiendan”.

—¿Y todo eso cómo se puede erradicar?

—Es que tiene que haber un programa; uno: sí debe haber sanciones jurídicas, pero también se tienen que sopesar en una balanza: qué sanciones se merecen por el nivel de riesgo social...

—¿Y la prevención?

—Pues a partir de que uno está generando estas evaluaciones de riesgo, se generan las medidas cautelares o precautorias para proteger tanto a la víctima como también atender al agresor, hombre o mujer, y esto implica reeducarlo, para que aprenda a vivir en armonía.

—¿Y qué más encontró en el caso de Ecatepec? 

—Las adicciones, la comunidad que legitima la violencia y los valores patriarcales muy arraigados. La mujer se somete al hombre de manera bastante velada, pues aunque haya mujeres profesionistas, y muy buenas, por cierto, mujeres de mucho carácter —porque si hay mujeres de carácter que defienden a capa y espada a la familia, son las mujeres de Ecatepec—, pero curiosamente se ven sometidas a los designios del varón. _

Google news logo
Síguenos en
Humberto Ríos Navarrete
  • Humberto Ríos Navarrete
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.