Desde hace muchos años, se ha buscado proteger a la vaquita marina, una marsopa endémica de las aguas del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, Área Natural Protegida; al comenzar nuestro trabajo al frente de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), organismo desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, hemos podido hablar con muchos especialistas que llevan más de 30 años dedicados a acciones de protección de la especie, y por menos decir, los ánimos y expectativas no eran los mejores.
Todo cambió el año pasado, en abril de 2022, la Secretaría de Marina llegó a una reunión al Grupo Intragubernamental sobre la Sustentabilidad en el Alto Golfo de California (GIS), espacio de coordinación donde participan las instituciones encargadas de atender de manera integral la problemática que se presenta en la región (pesca ilegal, ordenamiento pesquero, vigilancia y seguridad, vinculación comunitaria, etc…) La idea inicial consistía en que se pudieran colocar piedras o artefactos que sirvieran para que las redes pudieran ser atrapadas y así, al ser una pérdida para la pesca furtiva, dejaran de incursionar en la zona de cero tolerancia, la cual tiene una restricción total para la pesca.
La idea, por decir poco, arriesgada, era una medida que no habíamos explorado con rigor, pero que si pensábamos con calma, con adaptaciones, podría funcionar; es así que cuatro especialistas de la Conanp analizaron que si bien los bloques no cumplirían esa función, si colocábamos ganchos resistentes que ayudaran a atrapar las redes (las redes de arrastre van al fondo, las de enmalle flotan), podríamos blindar la zona de cero tolerancia de redes ilegales.
El proyecto fue consultado de manera informal con especialistas y al final de algunas pruebas, bajo un proceso muy cuidado, se obtuvo la Manifestación de Impacto Ambiental y los 197 bloques de concreto se colocaron.
¿Y qué pasó?, lo que regularmente se conoce como un “eureka”, la medida con todo el estrés y riesgo funcionó, se logró reducir entre 85 y 95 por ciento la presencia de lanchas ilegales en la zona de cero tolerancia debido al riesgo que implica perder una red (de entre 180 mil a 500 mil pesos), un efecto si bien esperado, rebasó las expectativas, ya que funciona y funciona muy bien.

De manera paralela, la Conanp y un grupo de científicos tanto del National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) y de la organización no gubernamental Sea Shepherd Conservation Society, planeó y ejecutó un crucero de observación para buscar y monitorear vaquitas marinas en mayo de este año, que duró alrededor de tres semanas y tuvo dos componentes, uno acústico y otro visual.
¿Cuáles fueron los resultados del crucero? Esperanzadores, quisiera contrastarlos con los del crucero de 2021. Las detecciones acústicas en este 2023 fueron mayores, es decir, 61 en comparación con las 26 de hace dos años; en lo que corresponde a los avistamientos 16 contra ocho; con relación a las crías uno y dos, en contraste con la 1.5; y qué decir de la estimación final que para este año es de entre 10 y 13, y la de 2021 fue de ocho. Las cifras son alentadoras, pero me gustaría enfatizar que entre 10 y 13 es el número mínimo de individuos que los científicos estiman, lo que nos indica es que puede haber más.
Si estos resultados no son para echar las campanas al vuelo, sí son noticias esperanzadoras debido a que es la primera vez en 30 años que se da una noticia positiva, como lo dice el informe final del crucero 2023 es “la noticia más alentadora de intervención humana para salvar vaquitas”.
Todo parece indicar que como me lo comentó hace unos años Lorenzo Rojas, uno de los mayores especialistas en vaquita marina del mundo, las vaquitas que siguen en el golfo de California son las más resilientes, las que han sobrevivido y parece que tienen las mejores herramientas de adaptación. Con la colocación de los bloques, parece que se están reagrupando y ya que identificamos crías recién nacidas, podemos decir que se están reproduciendo.
Cuando los pensamientos y corazones de personas profesionales, apasionadas, responsables y con convicciones se suman a un proyecto podemos lograr cambiar circunstancias como ésta de darle una oportunidad y esperanza a este bello cetáceo. México desde su soberanía y con innovaciones basadas en la simplicidad puede tener estos resultados, estamos convencidos que podremos dar buenas cuentas antes de terminar 2024.
Colofón
Hay elementos que todavía están pendientes de solucionar, uno de ellos es la relación inequitativa respecto a las medidas que deben emprender otros países para el cuidado de esta especie, ya que Estados Unidos, como lo reconoció el presidente Joe Biden en su comunicado del 17 de julio es un país de tránsito de la vejiga de la totoaba y China es un país de destino, ambos deben combatir esa actividad y pegar a ese mercado ilegal que genera grandes ingresos mediante sus tráfico, de lo contrario seguirá existiendo un incentivo muy poderoso contra la vaquita marina: dinero sucio de un mercado ilegal internacional.