Puedes sufrir por abandono, abatimiento, abrumación, derrota, dolor, incomprensión, nostalgia, desilusión, resignación, malestar, humillación, desventura, fracaso, descontento, desmotivación, turbación, tormento, desprestigio, fracaso, dependencia, entre otras razones.
Pero toda la base del sufrimiento viene de la PÉRDIDA, de sentir que algo es MENOS o que NUNCA pasará.
Quizá no tenga que explicar lo que se siente con la PÉRDIDA. Es un duelo, es la certeza de que aquello no volverá a suceder y eso nos llena de sufrimiento.
También sufrimos cuando algo es MENOS, significa que perdiste cantidad o calidad de algo, quizá sientes menos amor, o tienes menos dinero o menos tiempo; es decir, aun tienes eso por lo que sufres, pero en menor cuantía.
Finalmente, la otra forma de sufrir es cuando sientes que NUNCA volverá ser aquello que fue y te atas al pasado y diseñas tu futuro: nunca volverás a ser feliz, nunca serás lo quieres ser, nunca te entienden, nunca has gozado como quieres, nunca tienes dinero, nunca recibiste oportunidades, nunca tuviste lo suficiente, nunca, nunca, nunca.
Todos tenemos un “sabor” de sufrimiento, siempre hay una emoción que nos gusta más que otra y que nos pone en ese estado de sufrir donde nos sentimos cómodos. En mi caso era la frustración.
La frustración por NUNCA lograr al 100% aquello que me proponía, por no sentirme apoyado, porque nadie me salvaba, por no sentirme poderoso.
Las preguntas que me respondí y que debes responder es ¿De qué te sirve el sufrimiento?, ¿Por qué DEBES, por qué QUIERES acabar con el sufrimiento que surge?, responde estas preguntas y luego haz un compromiso contigo, rompe el patrón del sufrimiento.
Para quien me ha leído sabe que siempre hablo de energía, y no es que lo diga yo, sino porque todo es energía. Así que en primer lugar debes quitarle energía a tu “sabor” de sufrimiento, en mi caso (porque sigue apareciendo la frustración) me habitué a esbozar una gran sonrisa y a decirle a ese sentimiento “jisjas me quieres atrapar, yo te atrapé a ti, jisjas”, el “jisjas” es una risilla que hago cuando juego con mi hija a cualquier cosa, así me conecto con el amor y con la diversión y le quito energía al sufrimiento.
Es simple, pero no es fácil, la dificultad radica en hacerlo una y mil veces, hasta que sea un reflejo, hasta que lo hagas automático, que sea parte de tu subconsciente, de tu nuevo ser, de tu nuevo tú. El sufrimiento no aporta, te resta, te quita y tú lo que quieres son sentimientos que te aporten, que te sumen, que te liberen.
Gracias por leer y dejarme compartir sabiduría universal.
¡Que nada te detenga!, abrazos todos.
Hugo Mauricio García
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