La obra de teatro “Calígula”, del filósofo y escritor francés, Albert Camus, nos muestra los momentos más intrigantes de una locura que conduce a asesinatos instruidos por el tercer emperador romano, Calígula.
Camus nos sumerge en ese mundo en aras de que el espectador padezca y sobrelleve, lo que él describe, como lo absurdo de la vida.
Cayo Julio César Augusto Germánico, Calígula, “botitas”, apodo que las tropas le dieron porque de niño vestido como un legionario y calzado con “caligas” (sandalias de cuero) acompañaba a su padre Germánico (gran general, asesinado por su tío, Tiberio, segundo emperador de Roma, por temor a su fama.) Séneca afirma que Calígula odiaba que lo llamaran así. Gobernó Roma desde el año 37 hasta el 41, de nuestra era.
Calígula de 25 años sube al poder después de la muerte de Tiberio (su tío abuelo) se dice que él lo asesinó con una almohada o que ordenó a su leal, Macro, hacerlo. Luego matará a su primo, Tiberio Gemelo, que por decreto de Tiberio gobernarían juntos.
Roma lo recibe con afecto por ser hijo del general. El pueblo vive por unos siete meses prosperidad, porque Calígula regala dinero, perdona impuestos, deja libres a presos, hace fiestas, usa el tesoro del imperio, que pronto se acabará.
Cae enfermo, al borde de la muerte se recupera e inicia su locura. Hace algo absurdo: manda matar a los que ofrecieron su vida a los dioses para su salvación. Su reinado es de disputas, asesinatos, maltratos, nuevos impuestos. Obliga a centuriones a devolver el botín de guerra, y erige templos en su propio honor, aunque -nos dice Plinio el Viejo- “construye acueductos que son joyas.” Nombra cónsul a su caballo, realiza actos sexuales con hombres y con esposas de los senadores, incestos con sus hermanas, en especial con Drusila; hace guerras ficticias... hasta que es asesinado.
Debemos señalar que hoy los estudios nos dicen que estas acciones pudieron ser creadas por los senadores para justificar ante el pueblo su asesinato.
Vayamos a la obra de teatro. El género es Tragedia: “Obra donde los personajes son ilustres y ofenden a los dioses o al destino, cometen “hamartia” (error fatal, pecado), son castigados con la muerte.”
El texto no varía de los actos atribuidos a Calígula. Inicia con la huida de él por la muerte de Drusila. Los Patricios están afligidos: “Sigue sin saberse nada.” “Esperemos que olvide.” “¡Pues claro! Lo que sobran son mujeres.” “¿A qué viene tanto lamento? Amaba a Drusila. No hay que olvidar que eran hermanos. Acostarse con ella ya era mucho. Pero conmocionar a Roma porque ha muerto, es un exceso.”
Regresa Calígula. Ha cambiado, trae en su mente acabar con todo aquel que se oponga a corregir el mundo: “No soporto este mundo. No me gusta cómo es, por lo tanto necesito la Luna, o la felicidad, o la inmortalidad, por demencial que parezca.” Helicón: “¿Piensas que estoy loco?”.
Artificios demoníacos
Locura: privación del uso de razón. Antes se creía que eran artificios demoníacos. Se pensaba que surgía como castigo por culpa de los pecados. Hoy sabemos que está asociada a trastornos mentales como la esquizofrenia, trastorno bipolar o psicosis, entre otros.
Calígula le dice a su esposa Cesonia: “De qué me sirve tanto poder si no puedo evitar que haya dolor, que se ponga el Sol, que los seres mueran”. Ella contesta: “Eso es igualarse a los dioses. No conozco peor locura.” Él grita: “Que entren los culpables. Necesito culpables. Y todo el mundo lo es.” Con esta pretensión mata, humilla a los Patricios, abusa de sus mujeres, mata a sus hijos. Todos están hartos del tirano e idean su muerte.
Una noche que está frente al espejo: “Una mano invisible, le hiere en la espalda, en plena cara, todos lo hieren, en un último suspiro grita: ¡Todavía estoy vivo! Baja el Telón.
Demos fin comentando que, cuando veas el obelisco en la plaza del Vaticano, debes saber que Calígula, el juzgado loco, depravado y asesino, lo mando traer de Egipto para enaltecer la villa de su madre e igual adornó el Circo de Nerón. Su legado perdura.
Hugo G. Freire