Política

Mujeres, violencia y movilidad

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Hoy no escribo, solo recopilo ideas y estudios hechos por mujeres sobre mujeres. En el día internacional de erradicación de la violencia contra las mujeres no podía ser de otra forma.

Primero, reconozcamos que los hombres contamos la historia desde nuestra perspectiva, invisibilizando a las mujeres. En palabras de Simone de Beauvoir: “La representación del mundo, como el mundo en sí mismo, es el trabajo de los hombres, lo describen desde su propio punto de vista, el cual confunden con la verdad absoluta”.

Así pasa con el transporte público y la movilidad, se analizan sin considerar a las mujeres, porque no se ven, porque para ello hay que quitarse los lentes, como hace Caroline Criado en Invisible Women. Data bias in a world designed for men:

“Los patrones de viaje de las mujeres tienden a ser más complicados que los de los hombres. Las mujeres hacen el 75 por ciento del trabajo de cuidados no pagado y esto afecta sus necesidades de viaje. El patrón típico de viajes de una mujer involucra, por ejemplo, dejar a los niños en la escuela antes de ir al trabajo; llevar a un familiar adulto mayor al doctor y hacer la compra en el camino a casa”.

Viajes que no se miden porque quienes diseñan los estudios son hombres. Y pasa lo mismo, sigue Criado, con el diseño urbano, da igual si hablamos de parques públicos, baños, oficinas, aceras, etc.

Así lo resume Gabriela De La Torre, feminista y especialista en políticas públicas: “El diseño de las grandes metrópolis se ha centrado en proveer y generar servicios que cumplan con las demandas y necesidades alrededor de la vida productiva y del capital. La vivienda, el equipamiento urbano, los servicios públicos, y el transporte, han respondido a la lógica del mercado dejando fuera las necesidades de la vida cotidiana de las personas en la ciudad, principalmente de las mujeres. Esta planeación ciega ante las desigualdades de género en el tema del transporte público ha dejado fuera de su diseño y gestión de la demanda las necesidades de las mujeres”. (bit.ly/Mujeresytransporte).

Las consecuencias de esa falta de mujeres en la toma de decisiones se viven en esta pandemia. Cuando se decide limitar la movilidad para frenar los contagios, como ha ocurrido en Chihuahua y Durango, estados en rojo en el semáforo epidemiológico, se suspende el servicio de transporte público o se limita su frecuencia. Los pobres son los más afectados y dentro de ellos, las mujeres.

Otra desigualdad adicional es la violencia en el transporte público, según lo muestra la Anatomía de la movilidad en México (Méndez, Sedatu, 2018):

“Nuestra experiencia del viaje puerta a puerta condiciona nuestra elección del modo de transporte, pero no todas las personas tenemos posibilidades de cambiar el modo de transporte… La inseguridad nos expulsa de los medios de transporte más sustentables. Los delitos asociados al robo o asalto en calle o transporte público se encuentran en primer lugar en la tasa de incidencia delictiva del INEGI”.

Quitémonos los lentes y veamos mejor; el mundo se extiende mucho más allá de la nariz.

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Héctor Zamarrón
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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