Cruces libres y seguros es la demanda con la cual decenas de vecinos cerraron anoche la circulación en el Circuito Interior en Ciudad de México, una protesta contra lo que llaman el “#PincheMuro”, porque desde hace semanas la administración local decidió confinar la calzada México-Tacuba con un muro divisorio de 60 cm de altura, suficiente para impedir el paso de niños, adultos mayores, personas con discapacidad y casi en general para cualquier peatón.
Quien tomó esa decisión piensa con un auto en la cabeza y ejecuta las obras sin que le importen los peatones que, para efectos del constructor, “estorban” el paso y hay que enviarlos a las esquinas a cruzar, aunque para ello se obligue a desplazamientos de hasta 200 metros.
Todo para aumentar velocidades en una avenida importante, de seis carriles de ancho, de los cuales solo funcionan dos por lado, pues el más cercano a la acera está invadido por autos estacionados de manera ilegal, contra los que poco se hace.
Las obras se realizan en dos alcaldías, Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc, bajo la denominación Proyecto de rehabilitación sobre calzada México Tacuba. A ellas se oponen, sobre todo al muro, habitantes de las colonias Anáhuac, Tlaxpana y Agricultura.
Los vecinos exigen algo lógico y justo: cruces peatonales seguros en cada calle: queremos “poder cruzar a nuestro destino en corto tiempo, para no dar la vuelta a toda la avenida, hay que pensar en adultos mayores, personas en sillas de ruedas, muletas u otra discapacidad, en tiempo de clases presenciales son cruces muy necesarios para la comunidad escolar”, dice el pliego petitorio que elaboraron.
Esta semana solicitaron incluso un amparo ante el Poder Judicial y, al intentar entregar la notificación en la Oficialía de Partes del Gobierno capitalino les impidieron la entrada, tal y como en la protesta de anoche les enviaron a la policía para retirar el bloqueo.
Las calles son para la gente, dice Jan Gehl. El arquitecto danés, autor de Ciudades para la gente, sostiene que estas son y han sido históricamente para mercados, fiestas populares, encuentros, procesiones y manifestaciones… En el espacio público la gente se encontraba, intercambiaba novedades, hacía negocios y arreglaba bodas… hasta que llegó el automóvil”.
Jane Jacobs, en Nueva York, encabezó decenas de protestas similares contra los planes de un desarrollador, Robert Moses, que pretendían destruir su vecindario, el Village.
¿Estamos ante dos visiones de ciudad que pelean dentro del gobierno capitalino? ¿Será que Jesús Esteva, el secretario de Obras, está por favorecer la velocidad de los autos aunque esto implique riesgos para los peatones?
Es contradictorio que el mismo gobierno que ha peatonalizado grandes áreas del Zócalo capitalino, a unos metros de la oficina de Claudia Sheinbaum, pretenda levantar muros para cerrar el paso a los peatones en otras zonas como la México-Tacuba, más alejada de las miradas turísticas.
Como sea, lo relevante es ver a los vecinos empoderados en la defensa de sus derechos, consagrados en la nueva Constitución local, que protege garantías como la de la movilidad.
@hzamarron