¿Quién ganó la elección? ¿El bloque que refrendó y mejoró su resultado respecto del 2018 o aquel que buscó impedir la mayoría calificada para lo cual llevó candidatos comunes en las 15 gubernaturas en juego y en 219 de los 300 distritos en juego?
Hace justo un año apareció el Bloque Opositor Amplio (BOA) –exhibido en una conferencia mañanera del presidente– cuyos integrantes buscaban derrotar a Morena en la elección y expulsar al presidente mediante la revocación de mandato.
La estrategia principal, ganar la mayoría en la Cámara de Diputados, fracasó desde antes de la elección, pues aunque las dirigencias nacionales de PAN, PRI, y PRD postularon candidatos únicos en los distritos electorales federales de mayor rentabilidad, las encuestas le daban la mayoría en la Cámara a Morena por lo menos un mes antes de la elección.
Ese bloque opositor, que buscó convertir la elección de este 6 de junio en un referéndum contra Morena y López Obrador, se fortaleció con apoyo de los expresidentes Fox y Calderón, además de los dirigentes empresariales y una porción de intelectuales y ex líderes de izquierda. Solo que no les alcanzó.
Ante los pronósticos adversos en las encuestas, el objetivo del bloque se redujo a impedir que Morena obtuviera la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, con los resultados conocidos. Una derrota total.
El segundo objetivo de esa estrategia opositora es retirar a AMLO de la Presidencia en 2022 mediante la revocación.
La carrera para lograrlo ya comenzó. Entre el primero de noviembre y el 15 de diciembre PRI, PAN y PRD tendrán que reunir el apoyo del 3 por ciento del padrón electoral en 17 estados para solicitar la revocación, que solo puede pedirse en una ocasión, una vez cumplidos los tres años de gobierno (la recolección de firmas puede iniciar el mes previo).
Pero antes de la revocación, el primero de agosto, habrá que ir de nuevo a las urnas para la consulta sobre el juicio a los expresidentes que promueve López Obrador.
Es difícil prever qué ocurrirá en esa consulta, pero el bloque gobernante haría bien en ponerle puente de plata a lo que quede del BOA después de las elecciones.
Aunque muchos de los resultados de este domingo se van a disputar ante el Tribunal Electoral, el refrendo de confianza que la mayoría de los votantes le dio a López Obrador y los candidatos de su partido (y a sus nuevos partidos satélites) puede servir para construir las reformas que vendrán en la segunda mitad del mandato.
Hacerlo con la oposición puede ser una forma de reparar las heridas, no es común esa generosidad política, pero no vendría mal.
Cuando fue Jefe de Gobierno, López Obrador criticaba un día tras otro al entonces presidente Fox hasta que descubrió que le convenía más una tregua, y así lo hizo. Quizá sea tiempo de repetir esa tregua.
@hzamarron