La psicología, nació por la necesidad de saber formular preguntas, no con la intención de responder preguntas. Ni la filosofía, ni la psicología "sirven" como manuales de respuestas acertadas; para eso están el coaching y el resto de prostitutas neoliberales. Solo si nuestros dolores se transforman en poderosos aparatos de conocimiento, esteremos usando un método que no pueda ser revelador sin cuestionarnos, que no pueda ser útil sin ser perturbador, que no pueda ser analítico y crítico sin ser autocrítico y reflexivo (Pavón Cuellar, 2015).
Me asusta la noción totalitaria que pregona que no podemos hacer mucho ni por nosotros, porque las actividades, lugares y cambios ya están administrados a priori, pues la experiencia misma de la libertad subjetiva. Tal como afirmó Foucault (1990), desde pequeños nos adiestraron a la obediencia ciega, a la placentera anestesia del pensamiento crítico y solo cuando por azares de la vida nos empezamos a preguntar ¿por qué tengo que sentir, pensar o hacer así? las cosas empiezan a cambiar. ¿Libertad? Herbert Marcuse (2010) advierte que ser libre en el sistema capitalista, implica la enorme oportunidad de elegir siempre lo mismo.
Volteemos la mirada y analicemos con cuidado las hegemonías y sistemas totalitarios. Al norte, Estados Unidos de América desde Hollywood percibe al mundo como una película en movimiento. Desde Wall Street ve al mundo como una alcancía en movimiento, desde la Casa Blanca, gestiona al mundo como un problema en movimiento y desde el Pentágono interpreta al mundo como un "blanco" en movimiento". Sin embargo, la realidad es paradójica. Desde el 11 de septiembre de 2001 hasta el atentado en el maratón de Boston hace 4 años, el terrorismo en EUA equivale a una guerra de intensidad nula. Se calcula que 3 mil personas fallecieron en el atentado del 9/11, pero ese mismo año hubo 30 mil muertes debido al uso de armas de fuego, 38 mil muertes en accidentes de tránsito, 150 mil muertes por cáncer de pulmón y 250 mil violaciones. EUA es uno de los lugares más seguros; excepto para los propios norteamericanos.
En México, Peña Nieto y el cártel del PRIAN no desentonan, no solo muestran hastío, una insensibilidad hacia las víctimas de millones de delitos, un petulante desprecio hacia la clase trabajadora, y un desvergonzado autoritarismo psicopático y perverso hacia sus actos de corrupción que les incita a "psicologizar" e impregnar de pensamientos mágicos sus crímenes: "Sí merezco abundancia", "La crisis está en la mente" o el inolvidable "Ya supérenlo". La sonrisa sardónica de Javier Duarte durante su "detención", es el signo de este sexenio; canallas envalentonados, entes disociados, errantes, desjuiciados, megalómanos, narcisistas, sociópatas, mesiánicos, violentos, histriónicos y mitómanos, cuya única obsesión es el poder. Todos ellos, son la prueba de que jamás cambiarán porque "patología llama patología".
Twitter: @HectorCerezoH