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Al rescate de la deuda de los estados

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  • Guadalupe Romero

De hablar de lo que está mal muchos ya se ocupan y también demasiadas palabras emplean para justificar, con ejemplos personales, lo ilegal, falso, opaco y mentiroso. Las cosas son o no son, escrituras, firmas, nombramientos, tratados y leyes están ahí, si el argumento son procesos, juicios o cualquier otra situación que pretenda cambiarlos, lo serán hasta que estén concluidos, antes solo son argucias.

En este laberinto del ser o no ser están los estados y municipios del país que a gritos solicitan la intervención del gobierno para sobrevivir y cumplir con los compromisos contraídos para cumplir con su gobernanza y dotar a sus pobladores de los servicios básicos y necesarios por cuya obligación están al frente de las administraciones locales.

Los niveles de deuda pública que tienen los estados han llegado a situaciones realmente preocupantes porque no se ha entendido que los ingresos corresponden a los egresos y si se gasta más de lo que se tiene o se puede pagar, el hoyo comienza como un punto para convertirse en un boquete sin freno. Pues bien, hay entidades en el país que lo están haciendo bien y para las cuales la deuda no es un problema, sino una manera de financiar su capacidad productiva.

Conversé con el especialista Pedro López Elías, conocido gestor y asesor en finanzas públicas, y lo que explica en torno a la deuda de los estados es igual de sencillo que nuestra economía personal: si produces ingresas y si egresas es porque ganas y reinviertes para seguir produciendo. Esto es lo que están haciendo bien en Querétaro, Guanajuato y Aguascalientes, estados en donde la deuda no les quita el sueño.

Son entidades que no detienen el desarrollo de su industria, sea en el sector automotriz, aeroespacial, tecnológico, textil o cualquier otro que los caracteriza. Frente a otros gobiernos locales que siguen dependiendo en más del 90 por ciento del presupuesto de la federación, que además, para repartir, depende de los ingresos que reciba de la recaudación hacendaria, y si la producción y exportación petrolera disminuye u otros mercados se contraen, como el agropecuario, de servicios o turísticos, la “riqueza” siempre irá hacia la baja.

Ejemplos de estos estados hay varios, quizá los más sonados en los últimos meses sean los de Chihuahua y Veracruz, cuyo presupuesto federal oscila en 60 mil millones de pesos para el primero y 100 mil millones para el segundo, y su actividad productiva apenas generan 20 y 5 por ciento de lo que gastan y tienen comprometido en pago de deuda pública (que recuerden, se cubren más tasas de interés y recargos de capital, al menos de que exista un acuerdo de liquidación o refinanciamiento).

Pues bien, Querétaro (aún con la alternancia partidista en su administración), Guanajuato y Aguascalientes tienen contenida su deuda, es más la han sustituido por compromisos de inversión que abren hacia las empresas que apuestan por lo que ofrece cada entidad como ente productiva. En esos estados, me señala el especialista, saben administrar el dinero, hay un servicio civil de carrera, hay orden en el manejo de recursos públicos en general (sin que estén limpios de casos de corrupción, claro), con consecuencias claras, están muy bien conectados y ofrecen buena infraestructura, que se traduce en mejoras para el estado en todos sentidos. En fin, pensar a largo plazo, no de manera miope como lo hace muchos que logran el ansiado y enfermizo poder que los atonta y solo dejan deuda para un sinfín de generaciones.

@lupitaromero

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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