La semana pasada, medios de comunicación dieron a conocer la detención de un diputado del Movimiento de Regeneración Nacional en la Ciudad de México. Las circunstancias eran confusas y llevaban a conclusiones alarmantes.
El diputado salió a dar una conferencia de prensa y negó las acusaciones. Se dijo víctima de un intento de extorsión.
Por la noche, un noticiero sacó la otra parte de la historia. Esa que. difícilmente, se puede escuchar en casos de violación: la víctima -en este caso, un adolescente de 15 años de edad- que describía como el legislador lo había drogado, llevado a un cuarto de hotel, lo había violado para, después, ser detenido por oficiales que se encontró la víctima en la calle.
De igual forma, la madre habló con la reportera -especializada en ese tipo de casos- y le mostró una grabación donde el Sr Diputado le ofrecía dinero a cambio de su silencio, a lo que ella se negaba. curiosa negociación para una extorsión donde quien ofrece soborno es el que se dice extorsionado.
La denuncia atrajo a otras víctimas y los hizo hablar. adolescentes y adultos jóvenes de rancherías y lugares de poco nivel económico y educativo que, bajo los ofrecimientos de ayuda, dejaban que el diputado los llevara a la capital donde intentaba violarlos o abusar de ellos.
Muchos miembros de MORENA trataron de defenderlo o evadir la responsabilidad. El líder de su grupo parlamentario llegó incluso a decir que era un ataque y que no podía opinar ya que el legislador supuestamente había cometido dichos actos en horarios no laborales.
El presidente, ante la presión, dijo que no encubrían criminales.
Pero sí los dejaban escapar.
Desde un lugar no especificado, una semana después, el diputado se defendió en una entrevista a modo dada a un periodista que se prestó a ello. Negó de nuevo los actos -pese a las denuncias y videos en donde se comprueba lo que la víctima denunció- y se dijo víctima de la mafia del poder. Vaya mafia que puede todo, hasta obligar a un legislador a acostarse en la misma cama con su extorsionador.
Lo curioso del caso es el silencio de las huestes del morenismo, callados hasta la vergüenza. El diputado, sí, quería reelegirse -de hecho, estaba en el acto ilegal de hacer campaña pese a estar en funciones- pero no era un alto perfil como Salgado Macedonio. La acusación no podría alegar que tiene un tinte electoral.
Pero los simpatizantes, militantes y dirigentes de MORENA se han alejado del caso. pareciera que intentan no mancharse del semen poblano de Saúl Huerta sin percatarse que la violación también fue a ellos, misil que no deja bien parada a la superioridad moral.
Y, así, también, la oposición. Los casos de violaciones a menores son molestos en medios de comunicación, molestia que prefieren saltarse algunos sin percatarse que, abuso tras abuso, normalizamos algo que estallará en algún momento como lo han hecho ya otras fallas sociales que tratamos de poner abajo de la alfombra.
PORTAPAPELES
Este viernes fue mi último día en Rock 101. Gracias a los que escucharon.
Gonzalo Oliveros
