Cultura

La conciencia

  • Con singular alegría
  • La conciencia
  • Gilda Montaño

Ángela Merkel, la mujer más importante en este momento en el mundo entero, decidió de sopetón no ir a Estados Unidos. Le ayudó enormemente la nevada que por el momento tiene azorado a Washington. Por cómo han sido las relaciones del flamante presidente Trump con muchos países, incluyendo el suyo.

Vamos en este sentido, a advertir el inicio de la disolución de la idea de unidad como "valor". Valor a encontrar y a situar como culminación, nuestros pensamientos. Esto no es lo mismo que el valor de la paz. Será la crisis del mito de la unidad que ha comenzado en filosofía con Heidegger: con su anuncio del "Fin de la Metafísica". O con la frase de Nietzsche: "Dios ha muerto".

En la Metafísica, en el sentido heideggeriano, a partir de la idea de que el ser constituya un orden objetivo, el pensamiento debería limitarse a reflejar y a respetar las decisiones libes prácticas, de quien piensa la unidad como uno de los trazos comunes de todo ser, junto con la verdad, la bondad, y la belleza.

El ser no es aquello que la Metafísica había pensado, como otra definición objetiva más verdadera y adecuada. Por el contrario, tal concepción del ser no puede seguir siendo sostenida en un mundo de la tardo-modernidad. Reconocer que el ser pensado al modo metafísico no puede dar lugar a una sociedad de la "organización total".

Hoy ya existe un estado cósmico-político, con una autoridad central, leyes, policía, tribunales... y se llama USA y pretende sustituir a la ONU. Pero si consignamos lo que este estado hace y los efectos que produce –la guerra iraquí representa probablemente sólo la primera fase de una guerra infinita que está produciendo un crecimiento del terrorismo-; los efectos en el campo económico como en el ecológico, de la imposición de un único modelo de vida y de consumo a todo el planeta, el anuncio heideggeriano del fin de la metafísica, se concreta en dimensiones muy precisas.

La unidad de consumo, terminará por asfixiarnos. Salvemos la pluralidad de las culturas, de los modelos económicos y de las visiones del mundo. Heidegger, definió la existencia humana como "ser en el mundo"; luego habló de obras posteriores, de "un mundo". La creciente conciencia del autor no puede ser considerada de modo uniforme. Esta conciencia supuso una especie de revolución de la filosofía y la afectó en la medida en que esta ha venido asimilando poco a poco el resultado de su obra: la universalidad, la validez de la razón y toda forma de esencialismo, parecieron quedarse sin su base tradicional: la supuesta unidad de la "naturaleza humana" y de "el mundo".

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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