Política

Una estación en el infierno

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Gil caminaba sobre la duela de cedro blanco extraviado en pensamientos oscuros. Adonde vuelve la cara, se le aparece la violencia. En San José de Gracia, una banda criminal ejecutó a más de quince delincuentes que asistían a un velorio, les ordenaron pararse frente a un muro y ahí fueron fusilados. No deja de ser un tanto extravagante, absurdo por decir lo menos, que el Presidente condenara antes que a nadie a los medios que dieron la noticia.

Durante un partido de futbol en el estadio Corregidora de Querétaro, una riña salvaje entre las barras dejó heridos graves. Las escenas dadas a conocer en las redes resultaban estremecedoras, los aficionados del Atlas recibían a golpes a los de los Gallos del Querétaro. Una versión afirma que un huachicolero de San Juan del Río llevó a su banda queretana en la porra de los Gallos. Se dice que buscaba encontrar a un delincuente de la porra del Atlas, miembro del cártel Jalisco Nueva Generación. Sí, ya sabemos que hay que cambiarle el nombre. Y empezó la barbarie. Las golpizas dejaron 26 heridos, varios de ellos en estado de gravedad. Si esta versión fuera cierta. Podría decirse que el crimen organizado ha llegado a las canchas de futbol.

En Zacatecas, habitantes de dos comunidades huyeron de sus casas por la violencia y regresaron por sus pertenencias escoltados por el Ejército. El gobernador Monreal sigue encomendándose a Dios.

En Colima

Una nota de Jorge Martínez en su periódico Milenio informa que “en Colima, la gente se impuso un toque de queda por el temor a la violencia de los grupos criminales. A las 17:00 horas, las calles principales de la ciudad capital se quedan prácticamente vacías, algunos comerciantes bajan sus cortinas; el miedo ganó la batalla”.

Hablamos de la capital del estado de Colima. Algunos negocios, como pequeños restaurantes o tiendas de ropa, agonizan por las bajas ventas. Conseguir un restaurante abierto después de las 7:00 de la tarde resulta casi imposible. Los restauranteros les dicen a sus clientes que recortaron sus horarios por temor a la violencia.

El secretario general del ayuntamiento de Colima, Francisco Rodríguez, habla del horror como si hablara de una fiesta: “Efectivamente, estamos cumpliendo un mes de esto; los colimenses se resguardaron en sus casas y por ende se veía poca afluencia, pero como lo podemos observar, la población hace su vida cotidiana y en lo que sí podemos ver, quizás antes veías más actividad más noche, quizás después de las 10:00, pero ahora, a las 9:00 de la noche empieza un poco a tranquilizarse la ciudad”. Qué podemos hacer con secretarios como el señor Rodríguez, llama tranquilidad al toque de queda impuesto por la violencia.

Homicidios

La nota de Jorge Martínez informa: el infierno se desató el 25 de enero, tras un motín en el penal estatal. Ese día, dos células del cártel Jalisco se enfrentaron con saldo de nueve muertos. El cártel de El Mencho se fragmentó en Colima. José Bernabé Brizuela Meraz, La Vaca, líder del grupo Los Mezcales, rompió vínculos con el CJNG.

De acuerdo con fuentes federales, todos los muertos eran del cártel Jalisco y se encargaban del cobro de extorsiones y demás hechos delictivos dentro de la cárcel. El hallazgo de cuerpos desmembrados, ejecuciones, balaceras, vehículos y casas quemadas es el pan de cada día de los colimenses. El estado de Colima pasó de 31 homicidios en enero a más de medio centenar en febrero. A estos hechos se suma una cascada de amenazas lanzadas por los grupos delictivos contra la gobernadora, Indira Vizcaíno, el fiscal Bryan García y otros funcionarios.

“Para recuperar el orden, llegaron 2 mil 369 efectivos militares y de la Guardia Nacional al estado de Colima, se instalaron cinco puntos de revisión en los ingresos a la capital, pero a pesar de ello, la violencia no ha disminuido”. El secretario del ayuntamiento, Francisco Rodríguez, dice: “No debemos de ceder ni un paso al tema de la seguridad en el municipio. Tenemos que irle ganando pasos, claro, con estrategias, con mucha coordinación interinstitucional (…) Tras la llegada de las fuerzas armadas al estado, estos son los resultados: 221 personas detenidas, 79 vehículos han sido asegurados por diversas anomalías, se incautaron 26 mil cartuchos, 293 cargadores, 76 armas de fuego, se han realizado siete cateos y se han destruido más de 12 mil dosis de drogas”. El infierno no parece tener fin. Gil no paraba de caminar perdido en pensamientos nefandos.

Todo es muy raro, caracho, como diría Pío Baroja: “El ejército no debe ser más que el brazo de la nación, nunca la cabeza”.

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Gil Gamés
  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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