Gil leyó con los ojos de plato y plata la columna de Salvador Camarena de su periódico El Financiero. Siéntense los que están parados, párense los que están sentados. Juntos Podemos, programa en el cual Josefina Vázquez Mota funge como presidenta honoraria en favor de los migrantes mexicanos, ha recibido 900 millones de pesos. Qué bueno, pensó Gilga, todo el dinero que se invierta para ayudar a los migrantes será poco, faltaba más.
Pequeño problema: ese dinero proviene de las arcas del gobierno del presidente Peña Nieto. Gran problema: Josefina Vázquez Mota es la puntera del PAN en las encuestas rumbo a la elección de 2017 en el Estado de México, territorio priista, si alguno, en México, lugar impoluto en el cual el PRI nunca ha perdido una elección. Gil caminó sobre la duela de cedro blanco y hesitó: ¿ningún político o política mexicana libra el obstáculo de la corrupción, de los cañonazos de millones de pesos, de los dinerales bajo cuerda? A Gamés le va a dar algo, ¡las sales!
Fantasmas desesperados
Camarena cuenta en un reportaje en colaboración con Dulce Martínez, basado en documentos de la Secretaría de Relaciones Exteriores y testimonios de Juntos Podemos, de dónde viene el dinerote. Muy bonito. La ex candidata del PAN a la Presidencia, contrincante de Peña, le acepta 900 millones. ¿Estamos locos? Sí, locos y sin escrúpulos.
El acuerdo se formalizó en Los Pinos en febrero de 2015. Comuníqueme con el Chico Maravilla. ¿Ricardo? ¿Leíste a Camarena? Mecachis en 20 con el nuevo panismo (si hay un nuevo priismo, también habrá un nuevo panismo). ¿Apoyarás a Vázquez Mota para ser candidata del PAN al gobierno del Estado de México? Cuentan los que saben de espíritus que Carlos Castillo Peraza se revolcó en su urna o su tumba y que Luis H. Álvarez caminó arrastrando cadenas por las instalaciones del Partido Acción Nacional. Un grito desgarrador hizo trizas el silencio del amplísimo estudio: Ay, mis hijos y mis hijas que se embolsan lo que le suelte el cliente interesado.
El senador Gamboa
En la imagen, el senador Gamboa desciende de un helicóptero con otras personas no identificadas en un arrecife protegido. Luego aborda un yate en Yucatán. Resulta que Emilio Díaz Castellanos, contratista gubernamental según se dice, es el dueño de la embarcación. Jorge Carlos Ramírez Marín, vicecoordinador del PRI en la Cámara de Diputados, dijo que estos personajes son amigos desde jóvenes. Gil supone que las viejas amistades permiten un viajecito en yate allá cerca de Progreso, Yucatán. Vente tocayo, acá la armamos gacho, es un paraíso de paraísos. No, yo te pongo el helicóptero y luego tomamos el yate y allí, sin complejos del bien y del mal, charlamos del porvenir. Anda, tocayo, anímate. No te vas a arrepentir.
Y el senador Gamboa parte rumbo a Yucatán y comete la tremenda pifia de aterrizar en un lugar protegido y se le ve en el yate y total, un mugrero: “Atendiendo la invitación de mi amigo Emilio Díaz Castellanos para pasar el fin de semana en la isla de Alacranes, abordamos el pasado viernes en la tarde un helicóptero que él rentó para trasladarnos a ese lugar y cuando aterrizamos me subí al barco de Emilio Díaz Castellanos”. Los acompañaba Guillermo Ruiz de Teresa, informa la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; no acudió en su calidad de funcionario público, sino como amigo del señor Castellanos. Caracho, amigos: no hagan cosas malas que parecen malas. Y con una bebida refrescante los políticos y el empresario charlaron del último juego de Cruz Azul: Tomás Boy lo hace bien, tocayo, pero la prensa lo trae de encargo. ¿Y cómo viste al Barça? Imparables, tocayo. Así las casas, en isla de Alacranes la pasaron bomba y luego regresaron por donde vinieron y tan tan, todos felices contentos y bronceados.
La multa
La mala noticia: el aterrizaje del helicóptero privado en el Parque Nacional Arrecife Alacranes podría ser sancionado con una multa de 3 millones y medio de pesos en caso de que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente acredite daños al ecosistema. Caracho, senador, nada le hace un pelo al gato del empresario yucateco. Senador: ¿no habrá usted hablado de ciertos negocios con intereses en los sectores inmobiliario, turístico y financiero, automotriz, de infraestructura y energético? Ah, menos mal, Gil empezaba a preocuparse. Dicho lo cual, senador, a seguir construyendo un México mejor. Buenas tardes, o noches, o lo que sea.
Francis Bacon acudió en ayuda de Gamés: El malo, cuando se finge bueno, es pésimo.
Gil s’en va