Política

Psiquiatría

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Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil agradeció a la inenarrable gobernadora de Campeche, Layda Sansores, el gasaje (gran palabra) que le ofreció a Gamés. Las palabras que le dirigió al Presidente Liópez, el Grande, no tienen parangón ni parangona en todo lo que va del sexenio, y miren que se nos han quemado los oídos con palabras de halago, elogios de fuego, ojos en blanco a la hora de hablar ante Liópez, el Grande. La alocución de la gobernadora ha rebasado todos los límites y Gil se siente de plácemes. Sigan dándonos estos momentos estelares del culto a la personalidad y la psicosis: “Hijo del maíz y del rayo restaurador, hijo de los cuatro puntos cardinales, tú que llevas 32 soles en el alma”. Nadie cantará con mejor plectro. Si nos vamos a volver locos, que sea con frases clásicas.

La verdad sea dicha (modesta muletilla patrocinada por Liópez, el Grande) Gamés se encuentra preocupado, sus contribuciones en esta página del fondo deben por fuerza estar soportadas en la psiquiatría y no en la propuesta fársica o la observación irreverente. Los psiquiatras tienen la palabra, ellos y ellas, y sus medicinas: adminístresele a la paciente Layda Sansores 2.5 gramos de Quetiapina cada seis horas, poderoso antipsicótico. Si no ceden las alucinaciones, se recomienda terapia electroconvulsiva y reposo indefinido.

Gamés insiste: cada periódico debe incorporar a su plantilla de colaboradores por lo menos a dos psiquiatras capaces de analizar la mañanera con la lupa del conocimiento de las circunvoluciones de la cerebra (lenguaje inclusivo).

Análisis

El análisis político viene a menos si se trata de entender los laberintos de la cuatroté, sin contadas excepciones, que quede claro. En cambio emerge el análisis terapéutico, freudiano o lacaniano, nada le hace. El caso de Layda Sansores debe ser supervisado por un equipo de psicoanalistas y psicoanalistos (lenguaje exclusivo): Layda Sansores es una mujer muy carenciada, la ausencia del padre en su niñez desportilló su Yo y lo volvió un submarino conducido por el Ello de donde salen peligrosos torpedos narcisistas. Del Superyó, mejor ni hablamos, se desvaneció cuando la madre le descarapeló la ilusión edípica: Layda, nunca serás bailarina. Y ella decidió entonces el camino de la política. Este grupo colegiado recomienda más bien el camino de la psiquiatría para esta paciente border, en el límite, víctima de alucinaciones.

En otra ocasión menos agobiante, Gil investigará las raras alucinaciones colectivas que padecen los más cercanos colaboradores de Liópez, el Grande, “el caballo de fuego que atravesará las junglas de la historia y derribará los adobes de la indiferencia”. ¿O cómo era?

Un trascendido cuenta que quienes asistieron a la mañanera vieron cómo Liópez, el Grande, levitó mientras Layda Sansores hablaba. Dicen los que lo vieron que llevaba propulsiones espirituales en los zapatos humildes de la transformación y mazorcas en los bolsillos del saco de la verdad. El pelo blanco sacudido por el viento de Palacio, de su cabeza salían ideas epifánicas, pájaros de fuego del futuro. Se dice que el espectáculo fue estrujante. Alguien oyó, por cierto, a Liópez, el Grande, decirle a Jesús, nuestro vocero: vamos a invitarle a Layda unos tamales de chipilín.

Obispones

Gil puso atención: una nota de José Gil Olmos en su revista Proceso informa que “a unas semanas del primero de tres encuentros que los obispos de México tendrán con el papa Francisco en el Vaticano, a finales de abril y julio próximos, a quien le entregarán un informe de la situación de la violencia e inseguridad en el país, el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, afirma que el crimen organizado ha avanzado tanto hasta tener control de ciertas partes del territorio nacional y colusión con autoridades de todos los niveles de gobierno”.

Garfias asegura que no se ha logrado avanzar con el jefe del Ejecutivo y que únicamente se ha logrado mantener contacto y el diálogo con funcionarios de la Secretaría de Gobernación.“He tenido tres encuentros con el presidente López Obrador, pero siempre dice que va a mandar a Beatriz, (Gutiérrez, su esposa). Esa es la respuesta que da para los obispos católicos cuando le pedimos algo. Nos contesta: ‘Les voy a mandar a mi esposa’, porque la ha tenido como interlocutora con la Iglesia católica. Pero ella no opera, lo único que dice es ‘yo le paso su saludo al Presidente’”.

Todo es muy raro, como diría Voltaire: “Sabido es que la fe consiste en creer lo que la razón no puede creer”. 

Gil s’en va


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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • [email protected]
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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