Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil pensó en el Partido. A estas alturas ya se había convertido en algo así como un Irapuato contra Zacatepec, pero con el poder económico del Real Madrid. Una nota de la redacción de Aristegui Noticias informa que “tras el nombramiento de Alfonso Ramírez Cuéllar como líder interino de Morena, Yeidckol Polevnsky aseguró que la presidenta de ese instituto político sigue siendo ella y “hay un conjunto de falta de información y de equívocos”. Que el partido me pertenece y no se metan conmigo porque soy de temer. Señoras y señores, en la práctica política diaria, Morena tiene dos presidentes. Felicidades por la duplicidad.
En entrevista con Aristegui En Vivo, Polevnsky explicó que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) es el único facultado para convocar a un Congreso y cuando éste se lleva a cabo, tiene que estar encabezado por los dos órganos, el Consejo Nacional y el CEN. Total, se andan peleando el partido a batazos, como en el beis.
Polevnsky recordó que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación canceló en octubre de 2019 el proceso electivo y, por el momento, el partido no puede realizar ningún procedimiento. En eso la señora tiene razón: “Nos mandataron al CEN a reponer todo el proceso, tarea en la que estamos empeñados, trabajando con estricto apego al estatuto, a la legalidad y al mandato de la Sala Superior”. Ay, sí, con estricto apego. No manchen si ustedes son unos tramposos de la estirpe del PRI, ¿o no?
Estricto apego
Gil no da crédito y cobranza. Polevnsky aclaró, pero también oscureció que no existe en la institución política la figura del interinato, ni provisionales. “Nada de eso está contemplado, entonces no podemos hacer algo porque para hacerlo, tendríamos que modificar el estatuto”. ¿Apuestan ustedes a que se cambiará?
“Creo que tienen una confusión sobre qué tareas le corresponden al Consejo, al CEN y qué tareas no podemos hacer dado que estamos en un periodo especial (…) La Sala Superior tiene contemplada una jurisprudencia que señala que opera una prórroga que está implícita en la duración de los cargos cuando no se hayan podido elegir a las nuevas dirigencias por causas extraordinarias y es obligatoria”, dijo Polevnsky. ¿Y saben qué? Tienes razón, aunque no razona.
“Yo fui electa secretaria general y el estatuto de Morena establecía que el secretario general quedaba en funciones de presidente a la falta de presidente… No soy presidenta, soy secretaria general en funciones de presidenta”. Consideró que Ramírez Cuéllar “es una gente civilizada” y que al haber sido diputado, tiene conocimiento de la leyes, por lo que él sabe que no puede a bien tomar posesión si no tiene un nombramiento oficial.
Quiero mi cocol
Gil caminaba sobre la duela de cedro blanco con la mente en Babia. Polevnsky: “No es el caso de lo que hicieron porque ¿quién va a mandar el documento al INE? Esta reunión que ellos hicieron, primero debería tener validez y luego el INE validarlo. No puedes hacer un congreso patito en una posición totalmente fuera de norma y nombrar a quien se te ocurra, eso no puede ser” ¿Ganso o patito? ¿Y si tuviéramos un congreso ratoncito?
Polevnsky: “Si a mí me hubieran solicitado un Congreso, les hubiera tenido que decir, en este momento no podemos hacerlo porque faltaríamos al mandato de la Sala Superior y estaríamos incurriendo en ilegalidades mayores”. Ah, defensora de la legalidad, ni más, ni menos. Y añadió que el estatuto de Morena establece un mecanismo muy puntual cuando quieren destituir a alguien. “Se tiene que validar, no se puede hacer así como lo han hecho”.
El líder interino del partido, Alfonso Ramírez Cuéllar, invitó a darle vuelta a la página y encontrar el mecanismo con los estatutos que les permitan elegir a los dirigentes para los próximos tres años. O sea: un desastre.
“De manera unánime consideraron que yo me pudiera hacer cargo de coordinar este esfuerzo unitario. No tengo conflicto con nadie, yo creo que podemos hacer las cosas bien todos juntos…”.
“Los precandidatos a la dirigencia de Morena estuvieron platicando con todos dirigentes estatales y se consideró que yo tenía buena relación con todos y podría ser un factor de equilibrio entre Yeidckol, Bertha (Luján) y Mario (Delgado). Una situación de imparcialidad, piso parejo”. Anjá, sí, cómo ño.
Todo es muy raro, caracho, como diría Lichtenberg: No te dejes contagiar, no des ninguna opinión como tuya antes de ver si se adecua a ti, mejor opina tú mismo.
Gil s’en va