Gil se encuentra de magnífico humor. ¿Qué? ¿Algo ha salido mal? Pues resulta que Gil oyó el pitido poderoso del carrito de los camotes, un sonido que aún no desaparece de esta sucursal del infierno llamada Ciudad de México y el grito de toda la vida: ¡camoteees! Gil se decidió a romper la dieta, abandonó el mullido sillón, salió a la calle y se acercó al vehículo de altas temperaturas: ¿De a cómo el camote? Y el vendedor le respondió: a 35, jefe. Y Gamés le dijo: Ah, yo pensé que era por tiempo. El chiste es malo, pero revela el magnífico estado de ánimo de Gilga a quien en efecto le hubiera gustado ser standupero.
El clásico dicta que sin mentiras la humanidad moriría de aburrimiento y desesperación. Gil reconoce que el sexenio que se apaga nos ha evitado el tedio y la ansiedad. Mentiras a granel: grandes, pequeñas, medianas. Algunos embustes pequeños le han parecido a Gamés geniales, como el de la diputada Cecilia Márquez Alkafed, diputada local electa por Morena.
Resulta que la diputada ganó en las listas plurinominales una posición reservada a grupos minoritarios, en este caso discapacidad. La diputada electa acreditó un padecimiento de esclerosis sistémica severa. Integrantes de Movimiento Ciudadano la denunciaron: Márquez no está impedida de realizar movimientos físicos, no requiere bastón ni silla de ruedas para desplazarse. Y como prueba entregaron videos donde se le ve rubicunda, sana, lista para correr cinco mil metros. Ah, la mensonge (Ah, la mentira). Resulta que la diputada Márquez juega bádminton, nada de dorso, da carreritas de ratón y otras cositas.
¡Y esperen! El que sí necesita un bastón y una silla de ruedas es Gil Gamés, por eso se dirigirá a los señores González, dueños definitivos de esta empresa Milenio, a ver si obtiene algo para este pobre ciego. Ande, don Francisco; Pancho, échenle algo al viejo sombrero de este pobre hombre. Y no vayan a creer que Gil miente y juega a las estatuas de marfil y toda la cosa. ¡No! ¿Qué pasará con la diputada electa de Morena? Ya pasó: ya hizo el ridículo.
A coger gachupines
Gil lo leyó en su periódico MILENIO. La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, aclaró que decidió no invitar al rey Felipe VI de España a su toma de protesta el próximo martes primero de octubre porque no contestó una carta enviada por el presidente Liópez en la que pidió reconocer los agravios cometidos durante el periodo de la Conquista. Gil está de acuerdo, la matanza de Cholula fue terrible y la participación del ejército muy dudosa y el basurero de Cocula, ¿o cómo era? En un comunicado publicado en sus redes sociales, la próxima presidenta de México recordó que dicha misiva del Presidente fue enviada con motivo de la celebración de los 200 años de la vida independiente y casi 2 siglos de la fundación de Tenochtitlán.
“Le proponía (Liópez) que se trabaje en forma bilateral, en una hoja de ruta para lograr el objetivo de realizar en 2021 una ceremonia conjunta al más alto nivel; que el Reino de España exprese de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios causados y que ambos países acuerden y redacten un relato compartido, público y socializado de su historia común, a fin de iniciar en nuestras relaciones, una nueva etapa, plenamente apegada a los principios que orientan en la actualidad a nuestros respectivos Estados y brindar a las próximas generaciones de ambas orillas del Atlántico, los causes para una convivencia más estrecha, más fluida y más fraternal”.
Lamentablemente, dicha misiva no mereció respuesta alguna de forma directa, como hubiera correspondido a la mejor práctica diplomática de las relaciones bilaterales. En cambio, parte de la carta se filtró en medios de comunicación y, posterior a ello, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España realizó un comunicado de prensa. Hasta el momento, esta circunstancia no ha sido aclarada, ni respondida de forma directa al gobierno de México.
Una disculpa
Perdonen por la pedrada a Moctezuma, pero no fuimos nosotros. Eso sí, el wey de Pedro de Alvarado se pasó de lanza e hizo estropicios. Ah, pero ustedes también porque nos persiguieron en la Noche Triste bien feo y hasta uno de nuestros hombres lloró, dicen los más serios historiadores.
Gran lío, pero ya sin Liópez. ¿Y Juan Ramón de la Fuente? Silencio.
Todo es muy raro, caracho, como diría Alejandra Moreno Toscano citada por Aguilar Camín: “Historia para la memoria de todos, para la historia del presente de todos. Historia para recuperar y renovar la historia. Historia para mejorar el presente, no sólo para recordar el pasado”.
Gil s’en va