Política

Memorias del coronavirus/ XI

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Miércoles 15 de abril. 7:50 am.

Gil emergió de la nada, de los sueños. La noche había sido infernal: calores extraños, moscos kamikazes, pensamientos nefastos. El amanecer se abrió paso a tientas entre la oscuridad. La primera noticia: la UNAM emitió un comunicado en respuesta al documento del Consejo de Salubridad General, la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica, mediante la cual se establecen las disposiciones que orientarán las decisiones del personal médico en caso de que el sistema de salud se vea sobrepasado por la pandemia de la Covid-19.”

La Universidad Nacional Autónoma de México consideró precisar los siguientes puntos:

“1.- De acuerdo con lo dispuesto por los artículos 15 de la Ley General de Salud y tercero del Reglamento Interior del propio Consejo, corresponde a la Universidad Nacional, específicamente al rector, uno de los asientos destinados a los Vocales Titulares.

2.- Ni la UNAM ni su rector, doctor Enrique Graue Wiechers, han sido convocados a sesión plenaria alguna para el análisis, discusión y eventual aprobación de dicha Guía. Por tanto, la Universidad Nacional se deslinda de los términos y del contenido del referido documento”.

Breve y contundente, duro y a la cabeza. Gilga ya había empezado a maquillarse y polvearse, a delinear sus ojos y poner un poco de rímel en sus pestañas. Según Gilga, con estos métodos recuperaría algunos años y, si fuera necesario, obtendría una cama (¿fama?) en el caso de que cayera gravemente enfermo y no viniera un joven de 45 a quitarle su cama (¿fama?). Ahora mal sin bien: todo esto en el caso, de que uno de los dos pudiera obtener una cama (¿fama?) para enfermo grave.

2:00 pm.

Gil se entera de la muerte del escritor brasileño Rubem Fonseca a los 94 años de su edad. Gamés, gran fan de Fonseca. ¿Qué frase resume su obra? Ésta: “toda gran vision de la realidad es producto de la imaginación”. Gilga no exagera: Fonseca murió escribiendo. Publicó su primer libro de cuentos en 1963, Los prisioneros; su más reciente aventura narratativa ocurrió en este año oscuro: Historias cortas, 2019. 56 años escribiendo, ¿no es esto un milagro de la letras?

2:30 pm.

Sereno como un toro manso, Gilga se sirvió un vodka, doble en las rocas; sí, no se escandalicen. Así borró de su mente toda plaza pública y regresó a Fonseca.

5:05 pm

Las novelas de Fonseca son creaciones mayores, operaciones sinfónicas sostenidas no solo en su asunto central sino, también, en subtramas extraordinarias, estudios rigurosos de temas que han pasado con gran naturalidad a su prosa. El veneno cataléptico de una clase poco común de sapo en Bufo y Spallanzani; los cuchillos, sus diversas clasificaciones y la mejor forma de usarlos (percor quiere decir perforar y cortar) en El gran arte; fumar puro, el origen de las marcas, la pertinencia de los tamaños, la construcción perfecta y el tiro sublime en Del fondo del mundo prostituto sólo amores guardé para mi puro. A la caudalosa fluidez de su prosa, al manejo insuperable de los diálogos, a la densidad verosímil de sus personajes, Fonseca añade el conocimiento detallado y el refinamiento de una vastísima cultura literaria. La obra de Fonseca es de una gran naturalidad. Lo que es natural parece fácil, como puesto ahí por el soplo del azar. Pero la naturalidad es un don mayor y dificilísimo en literatura, así lo piensa Gilga.

6:00 pm

No comparto la visión crítica de quienes ven en la obra novelística de Fonseca solamente el entramado del género policiaco. En efecto, emplea del mejor modo una de las esencias de esa literatura, el suspenso; en sus tramas hay asesinatos, policías y laberintos criminales, pero sus fines no se proponen descubrir al asesino, su hazaña literaria es la revelación de las oscuridades de la condición humana. Las novelas de Fonseca son creaciones mayores, operaciones sinfónicas sostenidas no sólo en su asunto central sino, también, en subtramas extraordinarias, estudios rigurosos de temas que han pasado con gran naturalidad a su prosa.

Todo es muy raro caracho, como diría Fonseca: Estoy pensando en escribir un libro para maduronas solitarias.


Gil s’en va

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Gil Gamés
  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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