Gil andaba volando bajo. Así, cerca de la tierra, se encontró con Literatura que cuenta. Entrevistas con grandes cronistas de América Latina y España (Adriana Hidalgo, 2016). En esas páginas, el periodista y cronista Juan Cruz conversa con el escritor español Juan José Millás. Gil arroja a esta página del fondo algunos de los comentarios de Millás durante su conversación.
***
Reportajes y crónicas
Me parece que escribir crónicas exige elementos en apariencia contradictorios: tienes que escribir muy bien informado pero no tienes que utilizarlo, tienes que actuar como si no conocieras nada. Es una contradicción pero es así, la ingenuidad tiene que estar funcionando permanentemente porque si vas como alguien muy avisado, solamente verás lo que esperas ver.
***
“Biografía de una mosca”
Lo más sorprendente de “Biografía de una mosca” [uno de los reportajes de Millás para El País] es el descubrimiento de que entre la vida de una mosca y la de un ser humano, la mía, no hay grandes diferencias. La mosca es una maqueta de la vida de todos nosotros porque es una vida muy corta. Creo que vive treinta y dos días, pero llena de situaciones, de excitaciones sexuales, gastronómicas, de proyectos biológicos. La mosca es un proyecto biológico interesante.
Todo esto en la conversación con Ginés Morata [biólogo español] es tremendo porque nada más encontrarnos me dice: “El ojo de Ingrid Bergman y el ojo de una mosca son el resultado de estrategias biológicas idénticas, hasta tal punto que si colocas un gen del ojo de Ingrid Bergman en la cabeza de una mosca, no sacará el gen de Ingrid Bergman sino el de una mosca. Porque el gen sabe que en ese cuerpo se debe comportar de un modo distinto”. Es espectacular. […]
***
Terror y humor
El nacimiento de Catalina [la mosca de “Biografía de una mosca”] es simultáneamente un cuento de hadas y un cuento de terror. Se une al hecho de que lo ves a través del microscopio, no hay más remedio, y la concentración es mucho más grande. Estás volcado en un mundo que se amplía con el aparato, estás como dentro, es casi como ver cine desde la cuarta fila. […]
De manera que esa mezcla que hay entre el terror y el humor es lo que creo que ha hecho que me pase toda la vida compitiendo con ellos. Ahí está entrelazado de un modo diabólico lo que es la literatura, la literatura no puede ser unívoca, debe producir sensaciones incompatibles de manera que en ese relato, si te ríes te sientes mal y si no te ríes, también. Esa incompatibilidad es propia de la literatura, de lo que produce la escritura creativa porque es la metáfora del mundo, un sitio incomprensible y maravilloso a la vez.
***
Literatura y periodismo
Creo que no hay una frontera entre literatura y periodismo. No, desde luego, entre mi literatura y mi periodismo. Hay proyectos y determinaciones, pero cuando voy a hacer un reportaje no me puedo inventar nada, no puedo decir nada que no haya sucedido, esa es la regla del juego fundamental. Pero el modo de seleccionar los materiales y de articularlos es idéntico al modo en que lo haces con los materiales para un relato de ficción.
Quien ha tenido la suerte de estar en una sala de montaje de cine con la mirada del escritor, se da cuenta de que los escritores, al escribir, estamos haciendo permanentemente esa operación de edición porque estamos descartando materiales, aprovechando otros y preguntándonos cómo los articulamos para ponerlos al servicio del sentido.
***
La voz del escritor
Eso que llamamos la búsqueda de la propia voz se va alcanzando a medida que te vas quitando corsés. El problema es que nunca nos llegamos a quitar todos porque cuando el escritor está escribiendo, cuando se está inspirando en una idea novelesca, se dice: ¡si yo consiguiera quitarme todos los corsés que llevo encima!, de orden cultural, que ayudan pero desayudan; de la idea de lo que es literatura, de la idea de lo que es transitivo..., si me quitara todos los corsés habría alcanzado mi momento. Y en ese momento dejaría de escribir, se moriría el escritor porque es como la mariposa cuando llega a la llama: ha alcanzado su deseo pero se achicharra en ese instante.
***
Todo es muy raro, caracho, como diría Jacinto Benavente: “algunos escritores aumentan el número de lectores; otros aumentan el número de libros”.
Gil s’en va