Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil se enteró en Infobae y una nota de César Jiménez que el presidente Liópez presumió la encuesta del Módulo Básico de Bienestar Autorreportado (Biare), la cual se dio a conocer el pasado 29 de enero y en la cual los mexicanos reportaron ser más felices que nunca, algo por lo que el mandatario federal aseguró que el pueblo está “feliz, feliz, feliz”.
Gamés se pregunta si se puede medir la felicidad, la intimidad, el amor. Seguramente no, pero si se trata de cobrar medimos incluso a los fantasmas. El mandatario aseguró (ya quedamos en que a Gilga le gusta escribir mandatario) que somos muy felices.
Liópez expuso la encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía en la cual se señala que los mexicanos han alcanzado los mayores niveles de felicidad en lo que va de la medición del Bienestar, desde 2015, sin embargo, omitió un pequeño detalle. Y es que de acuerdo con la medición, en el desglose de los ámbitos en los que los mexicanos reportaron ser más felices, la seguridad ciudadana se ubicó en el último peldaño y con calificación reprobatoria.
Gil no desconfía del Inegi, pero sí de los mexicanos: somos felices entre los balazos; qué felicidad los homicidios dolosos: Guerrero, Zacatecas, Chiapas, Veracruz, Estado de México, Tamaulipas, en fon, la felicidad misma: muertos, desaparecidos, pueblos arrasados, qué felices somos.
Mal humor, jamás
Liópez aseguró que es necesario dar a conocer este tipo de encuestas porque con las elecciones parece que hay mucho enojo en contra de él y su gobierno, y se piensa que la gente “está de mal humor (…) a veces como es temporada especial hay mucho enojo y se piensa que la gente está de mal humor, eso es arriba, el pueblo está feliz, feliz, feliz, para no confundir, hay cosas distintas”.
Se sabe, la clase media se malhumora con facilidad de puercoespín mientras que los pobres son felices como moluscos: “la gente está contenta” y “como México no hay dos”; sin embargo, el mandatario federal omitió los rubros específicos en los que la población se siente satisfecha y en donde la calificación más baja se da a la “seguridad ciudadana”. Ya vamos a empezar con el pesimismo aspiracionista. La seguridad suma dos años consecutivos con calificación reprobatoria en materia de seguridad, con 5.4 puntos, todo ello en medio de una crisis de seguridad que dejó más de 30 mil personas asesinadas en el año 2023, con un promedio de 81 asesinatos por día. ¿Lo ven? Campaña de odio contra la cuatroté.
La mentira
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, dijo ayer que se debe proteger de la violencia el importante periodo electoral en el que ha entrado México, sacudido por una serie de asesinatos de candidatos y funcionarios. “Este inmenso ejercicio de los derechos políticos y civiles debe salvaguardarse de la violencia”, declaró Türk en el Consejo de Derechos Humanos, reunido en Ginebra.
Gil lo leyó en su periódico El Universal en una nota de Pedro Villa y Caña. El presidente Liópez se lanzó en contra del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk. Adivinen. Exacto, Liópez montó en cólera: “El alto comisionado es muy, con todo respeto, muy tendencioso, está en contra de nosotros y hace comparsa con los que quieren demostrar que México es un país muy violento”. Anjá: quieren fabricar una gran mentira, que México es un país violento. Otra adivinanza: culpables de esa mentira: los periodistas.
Estamos locos
Se sabía: Eruviel Ávila, ex gobernador del Estado de México; Alejandro Murat, ex gobernador de Oaxaca y Luis Miranda Barrera, hijo del ex secretario de Desarrollo Social de Peña son bienvenidos como candidatos de Morena. Nada mal. El carretón del presidente Liópez levanta toda la basura. Y ustedes, militantes de toda la vida de Morena, no la hagan de tos y punto com.
Todo es muy raro, caracho, como diría George Bernard Shaw: “Ningún ser vivo podría soportar una vida llena de felicidad. Sería un infierno en vida”.
Gil s’en va