Dejamos ayer a Gilga en esta página del fondo con su gacetilla en la cual los extraterrestres hablaban con el presidente Liópez. Dicen los trascendidos que Liópez Obrador no simpatizó con los fuereños, mas sin embargo (gran figura adversativa), el mandatario logró lo imposible, ordenó traer a varios aluxes que saludaron como si fueran hermanos reencontrados a los extraterrestres. Los que estuvieron en la reunión afirman que no les paraba la boca (estos extraterrestres sí tienen boca). Y a charlar, sin pausa, que si el INE, que si la marcha.
La manifestación oficial, por cierto, reunió a una multitud que llenó el Zócalo, digamos que una mitad acarreada y otra mitad que llegó por convicción. El discurso del Presidente, Dios de bondad, que cosa más soporífera. Y Lázaro Cárdenas, ZZzzzz. Como todos ven, yo soy el Tata. A Gil le gusta disfrazarse de algo o de alguien y al parecer al Presidente también.
La ministra agredida
Los lectores y las lectoras lo saben, una nota de Pedro Villa y Caña en su periódico El Universal informa que al término de la celebración que encabezó el presidente por el 85 Aniversario de la Expropiación Petrolera, un grupo de asistentes quemó una figura que representaba a la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Bajo el grito de “¡Fuera Piña! ¡Fuera Piña!”, los manifestantes quemaron la figura hecha de cartón en un costado de la plancha del Zócalo de la Ciudad de México. Se sabe, el presidente Liópez Obrador ha ofendido al Poder Judicial, en especial a la ministra presidenta del máximo tribunal, Norma Piña, de quien, asegura, desde que llegó al puesto se ha incrementado la liberación de delincuentes por decisión de jueces.
El Presidente no toma nota de que sus injurias traspasan el muro de la mañanera. O tal vez sí y le importa una almendra. Sigan así, injuriando, total a quién le importa.
El presidente Liópez dijo con claridad que rumbo al 2024 no hay nada que temer porque habrá continuidad con cambio y quien resulte abanderado de su movimiento aplicará la misma política en favor del pueblo; porque lo digo yo: “Estoy convencido que cualquiera de los aspirantes que resulte triunfador en la encuesta para elegir al candidato de nuestro movimiento aplicará la misma política en favor del pueblo y en favor de la nación. Está asegurado en la continuidad con cambio, no hay nada que temer. Eso sí, tenemos que mantenernos unidos, mirando siempre hacia el porvenir y la felicidad de nuestros semejantes”.
La felicidad de nuestros semejantes; ahora bien, pasen a recibir el cuerpo del señor.
A sus adversarios, Liópez les advirtió que “hagan lo que hagan” no regresarán al poder los oligarcas porque continuará prevaleciendo en el país una auténtica democracia. Qué rara idea de la democracia tiene el Presidente; si ganamos, hay democracia, si perdemos estamos ante un gran fraude conservador: “debemos tener fe en la sabiduría y en la lealtad del pueblo, el pueblo no traiciona. Recordemos que el triunfo de la reacción, como decía Juárez, es moralmente imposible”.
Tinta y media
De que no se permiten las medias tintas, y “no aceptaremos nunca que en México se imponga una minoría a costa de la humillación y empobrecimiento de las mayorías”. Una hora y tres minutos de discurso, agotador, ante su gabinete legal y ampliado, legisladores y gobernadoras de Morena y aliados, Liópez se refirió a la polémica que hay con legisladores republicanos de Estados Unidos por el combate al fentanilo.
El Presidente: “podrán amenazarnos con cometer cualquier atropello, pero jamás, jamás permitiremos que violen nuestra soberanía y pisoteen la dignidad de nuestra patria. Cooperación, ¡sí!; sometimiento, ¡no!, intervencionismo, ¡no!”, arengó. Ahora mal sin bien, qué tiene que ver todo este pleito con la expropiación petrolera? Nada.
Al final, Liópez llegó al punto y destacó que se está garantizando la soberanía petrolera del país y que en 2024 no se comprarán gasolinas, diésel ni otros petrolíferos en el extranjero. Para ello se fortaleció a Pemex y la CFE, encargada de administrar la industria eléctrica y, recientemente, se nacionalizó el litio, mineral estratégico.
Ah, las mentiras, qué gran cosa, al final cuestan, pero mientras eso ocurre, convencen a muchos incautos.
Todo es muy raro, caracho, como diría Aristóteles. “Los discursos inspiran menos confianza que las acciones”.
Gil s’en va