Política

Boris Johnson

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Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil medita: el mundo va mal. Gamés ya sabe que ha escrito una obviedad del tamaño de una catedral, pero si uno se detiene a ver el perfil de Boris Johnson, nuevo primer ministro británico, dan ganas de abrirse las venas y las vanas: “El Brexit fue una decisión fundamental del pueblo británico y hay que respetarla, con o sin acuerdo, no hay peros que valgan”. El Boris, (como se le dice en la Gran Bretaña) recordó a su amigo Trump y proclamó que su gobierno va a restablecer la confianza en la democracia”, ¡en el Reino Unido! A Gilga le va a dar algo.

Aunque Boris y Trump tienen abundantes parecidos, ambos son victoriosos populistas gracias a los mecanismos más discutibles de la democracia representativa, explica Lluís Bassets en su periódico El País: en lugar de los votos populares, como son la votación indirecta presidencial, que permite alcanzar la presidencia teniendo aun menos votos, o la elección del primer ministro en una votación interna del partido conservador que deja en manos de apenas 190 mil militantes el destino del Reino Unido.

A pesar de todo esto, como en el juego de las siete diferencias, éstas saltan a la vista. Boris estudió en el muy exclusivo internado Eton y posteriormente Letras Clásicas en Oxford. Inició su carrera periodística en el Times de Londres, pero lo despidieron por falsificar una cita. Así como lo oyen. Despedido; en cambio acá los nombran directores de Mentimex.

Euroescepticismo

En 1989 se volvió corresponsal del periódico conservador The Daily Telegraph en Bruselas, donde escribió artículos promotores del euroescepticismo (anti Unión Europea). Sus artículos de opinión le dieron una altísima popularidad entre los lectores. Desde entonces difundió verdades a medias o información manipulada contra las instituciones de la Unión Europea. En todos lados se cuecen habas y en mi casa a calderadas, diría el clásico.

No se lo tomen a mal a Gil, pero daríamos la vida por un político mexicano como Boris, por muy populista que sea. En 1999 se convirtió en editor de la revista cultural conservadora The Spectator, cargo que ocupó hasta 2005. También fue parlamentario británico por el distrito de Henley entre 2001 y 2008.

Boris se convirtió de 2008 a 2016 en el único alcalde conservador de Londres, ciudad que tradicionalmente vota por la izquierda. Prohibió el consumo de alcohol en el transporte público, impulsó el uso de las bicicletas, y supervisó la organización de las Olimpiadas de 2012 en la ciudad, lo que le dio una gran proyección internacional. En 2016 fue uno de los grandes promotores públicos del Brexit. Logró el Brexit, pero fracasó en convertirse en sucesor de Cameron. En cambio fue ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido de 2016 a 2018.

La cabra

Pero Boris esta más loco que una cabra. Con ustedes, el nuevo líder del Reino Unido. Óiganlo: “Napoleón, Hitler y varias personas han intentado esto (la recreación del imperio romano) y termina trágicamente. La Unión Europea es un intento de conseguir esto por métodos distintos”.

Por su manera de maquillarse, a Hillary Clinton la comparó con “una enfermera sádica en un hospital mental”. Johnson escribió en un artículo que “los orientales… tienen cerebros más grandes y un coeficiente intelectual superior. Los negros están en el otro polo”.

El deslenguado Johnson ha declarado que gastar presupuesto del gobierno en combatir el abuso sexual contra menores es “dinero eyaculado en la pared”. Boris declaró que las mujeres árabes con velo parecen asaltantes de bancos. También dijo que los estados africanos estarían mejor si fueran colonias europeas, y que los errores políticos de Barack Obama se deben a la sangre de sus ancestros kenianos.

En un artículo periodístico, Boris escribió que “votar conservador hará que tu esposa tenga pechos más grandes e incrementará tus probabilidades de poseer un BMW.” Johnson es autor de una docena de libros, entre los que destacan un estudio de la Roma clásica (El sueño de Roma), una premiada biografía de Winston Churchill (El factor Churchill,) y un estudio sobre la ciudad de Londres en la época del poeta y ensayista Samuel Johnson. Dirán la misa pero parecen libros de verdad, no panfletos. Un hombre extraño, y peligroso. Gamés repite: el mundo va mal, muy mal.

Sí: los viernes Gil toma la copa con amigos verdaderos. Mientras el mesero se acerca con la charola que soporta el Glenfiddich 15, Gamés pondrá a circular la frase de Joubert por el mantel tan blanco: “Es mejor merecer honores sin recibirlos que recibirlos sin merecerlos”.

Gil s’en va.

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Gil Gamés
  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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