Gil lo leyó en el portal de Aristegui Noticias y sudó frío y caliente. A finales de 2019, el Fideicomiso de Desarrollo del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) para la construcción del aeropuerto de Texcoco aún contaba en caja con mil 200 millones de dólares, pese a la cancelación de la obra por decisión del presidente Liópez que tomó el poder al día siguiente de la elección del año 2018 mientras Peña Nieto hacía las maletas para hacerse de humo.
Los mil 200 millones de dólares los había obtenido el GACM a través de la emisión de bonos privados para financiar la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y una vez que se cancelaron las obras, existía la obligación legal de liquidar esos mismos bonos. Sin embargo, ese monto equivalente a 21 mil millones de pesos, tuvo otro destino: fue desviado —sin justificación alguna— para contribuir al financiamiento del Tren Maya, otra de las obras emblemáticas del actual gobierno.
Gil abandonó el mullido sillón del amplísimo estudio y gritó: ¡castapasanda! O sea, ya de plano desvíos cínicos y sinvergüenzas. Tampoco nos desgarremos las vestiduras, ya sabíamos de esos y otros desvíos para las grandes obras de Liópez.
Esta es la historia de un doble desvío documentado por Aristegui Noticias tras exponer el uso irregular de las Tarifas de Uso Aeroportuario (TUA) que desembolsan los pasajeros del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), para cubrir la deuda de 4,200 millones de dólares más intereses que dejó el NAIM. Ave María purísima de la 4T: sí, la corrupción ha terminado, anjá.
A través de las TUA, hoy los usuarios del AICM financian —indirectamente— parte de las obras del Tren Maya, pese a que el destino legal de dichos recursos debería ser operar y dar mantenimiento y seguridad al aeropuerto capitalino. ¡Escándala!
Un ducto de dinero
En entrevista para Aristegui Noticias, el Ingeniero Javier Jiménez Espriú, ex secretario de Comunicaciones y Transportes, reveló que mil 200 millones de dólares de los recursos privados que el GACM había obtenido para la construcción del NAIM se usaron para las obras del Tren Maya: “Hacienda toma 1,200 millones de dólares de ese fideicomiso y los entrega para el Tren Maya”, afirmó Jiménez Espriú. Se le fue la onda a don Jiménez. Como usted lo oye: vénganos tu reino, aquí les va un dinerito para el tren. Es que de veras, una cosa es una cosa y otra cosa es no manches.
Al momento de la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público decidió no absorber la deuda original de los 6 mil millones de dólares, argumentando que se trataba de “deuda privada” al haber sido aportados por inversionistas a través de bonos. No obstante, dos años después, dispuso de estos recursos como si se tratara de fondos públicos, dejando la deuda en manos del AICM y sus pasajeros. Es decir, que esos mil 200 millones de dólares fueron apartados de su propósito legal, consumando un esquema de desvío que, según especialistas consultados, podría derivar en procesos sancionados por las autoridades involucradas.
Gil no da crédito y cobranza: “No era dinero del gobierno. Esos recursos tenían un compromiso de una empresa en operación, que era el GACM”, declaró Rogelio Rodríguez Garduño, abogado constitucionalista experto en derecho aeronáutico.
Lana sube, la navaja
Pues con la pena, Aristegui Noticias encontró una transferencia del GACM a la Tesorería de la Federación por una cantidad idéntica a la referida por Jiménez Espriú. Esos mil 200 millones de dólares que estaban previstos para la construcción del NAIM posterior a la cancelación, debieron ser utilizados para pagar los bonos de inversión y disminuir la deuda pendiente. Pero, oh caminos inescrutables del señor, esos dineros fueron transferidos a la Tesorería de la Federación y se utilizaron para pagar parte del Tren Maya, según el ex titular de la SICT, don Jiménez Espriú.
Tanto Pablo Casas Lías, director del Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico-Aeronáuticas, como el abogado constitucionalista Rogelio Rodríguez, coinciden en que no existe fundamento legal que sustente dicha transferencia. Los mil 200 millones de dólares, que fueron transferidos a la Tesorería de la Federación sin un aparente sustento legal, hoy están siendo 100% financiados por los pasajeros del AICM a través de sus TUA. O sea, ¿va usted a viajar?: pague. Conclusión: la corrupción ha terminado. De acuerdo.
Todo es muy raro, caracho, Gil lo oyó en una cantina: “Sí se la prolongan bien gacho”.
Gil s’en va