Gil lo leyó en su periódico MILENIO en una nota oportuna de Pedro Domínguez: Liópez aseguró que “todas las alianzas son buenas si son a favor de la transformación del país”, esto luego de que se sumaran a la precampaña presidencial de Claudia Sheinbaum ex priistas inconformes con las dirigencias del PRI, PAN y PRD.
Ni quien lo dude, las alianzas son muy buenas si vienen a nuestras filas personajes de fuste y fusta, inmejorables políticos, hombres y mujeres de probados principios. El equipo de Claudia Sheinbaum se fortalecerá sin duda alguna con Eruviel Ávila y Adrián Rubalcava, aunque “en un tiempo se hayan portado mal”, dijo el Presidente: “yo no puedo opinar sobre eso, nada más que todas las alianzas son buenas, todas las alianzas cuando tienen un objetivo superior: la transformación del país, el beneficio al pueblo”. ¡Evo! Pues qué creían. Y qué le dicen a Gilga de Muratito, venga, nos lo tragamos completo, sin albur. Murat se las trae, gran gobernador, priista impecable, no por nada Alejandro Moreno le da una patada y lo echa del partido, el muy miserable, a este prócer. En las esquinas de la política se oye este murmullo: una senaduría para este pobre ciego, por el amor de Liópez.
La verdad, Gil hubiera corrido a patadas a estos granujas del partido moreno, pero el Presidente explicó que cuando hay por delante un ideal como ayudar a la gente y las motivaciones no son personales, son viables las alianzas, tal como ocurre en partidos políticos y organizaciones sociales de todo el mundo. Ji. Es que de veras.
“Si son buenos o son malos, si tienen mala fama o buena fama, pues eso depende de cómo se vean las cosas, la política se hace con mujeres y hombres y la perfección nada más corresponde o tiene que ver con el creador... Lo importante, yo siempre hablo de eso, es buscar ayudar a los semejantes, aplicar el principio del amor al prójimo. Y aunque en un tiempo se hayan portado mal pero deciden cambiar y terminar en el último tramo de su vida ayudando, siendo consecuentes, pues adelante, eso se presenta mucho en la historia”. El creador, ¡mecachis!
El Presidente convertido en un sacerdote: ¿me da su bendición, señor cura? “Entonces no hay que juzgar o dejar que la historia los juzgue, ya en su momento. Me preguntan lo de las alianzas, no me puedo meter más. Solo decir que es la temporada, estamos en vísperas de una elección y se va a estar hablando mucho de eso, mucho, mucho, mucho y más porque está de por medio la sucesión presidencial”.
La casa de los idiotas
Gil lo leyó en su periódico El Universal en una nota de Brenda Martínez, pero antes, Gil les contará la petite histoire: durante un tiempo se transmitió un programa de subnormales llamado La Casa de los Famosos. Entre los tontos se encontraba muy notablemente Sergio Mayer, líder de esa casa. Gil no quiere mentir, nunca vio más de un episodio, pero le bastó para ver a un grupo de subnormales hablar y hablar. Pues siéntense los que estén parados y párense los que estén sentados: el ex diputado de Morena Sergio Mayer aceptó la invitación de la precandidata presidencial Claudia Sheinbaum a sumarse a su equipo de precampaña rumbo a las elecciones de 2024. Mayer será el Messi de Sheinbaum. ¡Qué adquisición! Como escriben los jóvenes: no mms.
“Acepto con gratitud, entusiasmo y responsabilidad el compromiso para acompañarte en esta gran aventura de la continuidad de la transformación de nuestro país (…) Gracias, Mario Delgado, por la confianza y el apoyo incondicional”, dijo Mayer. Vamos a decirlo con la poesía: ¡chingón!
Alertas
Gil cantó: ya lo sabía, ya lo sabía. Carolina García, de su periódico El Universal, informa que Dante Delgado, dirigente de Movimiento Ciudadano, posteó en su cuenta de X un mensaje que fue interpretado como un preludio a su lanzamiento como precandidato a la candidatura presidencial de su partido. Tendré que sacrificarme y ser candidato de mi partido a la Presidencia. sólo si fuera necesario. Que conste que Gilga lo escribió en esta página del fondo.
Todo es muy raro, caracho, como diría Voltaire: “El que revela el secreto de otros pasa por traidor; el que revela el secreto propio, pasa por imbécil”.
Gil s’en va
