La noticia dejó frío a Gil, helado como un trozo de hielo. El Presidente se ha quejado con amargura, se diría que con dolor del alma y se ha preguntado si los ataques insistentes a sus actos, las críticas que le llueven, si eso no es “violación de género”, se entiende “violencia de genero”, que si la verdad de las verdades sólo hay género femenino. Ay, mis hijos. Gil sufrió un desvanecimiento: el Presidente pide que se le considere como una persona víctima de violencia de género.
Nada más justo, un hombre solitario y débil pide que no se le acose. De verdad al Presidente se le va la onda, definitivo. ¿Cuántos hombres han muerto producto de la violencia inaudita de las mujeres? ¿Cuántos hombres son acosados a diario en sus lugares de trabajo por mujeres? ¿Cuántos hombres viven bajo la amenaza de violencia de las mujeres? Es que de veras. ¿No hay alguien, por Dios de bondad, que le explique al Presidente lo que es la violencia de género?
Por cierto, al menos 900 mujeres han sido asesinadas en México en los primeros cuatro meses del 2023, lo que representa 7% más con respecto a las 842 víctimas de enero a abril de 2022. Eso sí es violencia de género. ¿Nadie se lo va a decir a Liópez?, o ya se lo dijeron y le importa una almendra.
El corazón educativo
Gil le cuenta: Gilberto Guevara Niebla fue uno de los líderes del movimiento estudiantil de 1968. Sabe de militancia, de activismo, de calles, de asambleas. En su madurez dedicó su vida al estudio de la educación en México y se convirtió en un especialista, estudioso de rigores y disciplinas inauditas. Entrevistado por su periódico El Universal por María Cabadas y Enrique Gómez, Guevara afirma que decir que los libros son comunistas es estúpido y no tiene ningún fundamento, pero aclara que los ejemplares del libro de texto son doctrinarios y hasta cierto punto fanáticos y plagados de absurdos pedagógicos.
Ahora mal sin bien: en la primera conferencia para analizar los libros de texto, Marx Arriaga festejó: ¡lo logramos! Y aceptó que los libros tienen 20 errores, según él, y pidió llamarlos áreas de oportunidad. Cada vez que Gilga meta la pata hasta el cuello dirá: tenemos aquí un área de oportunidad. ¿De dónde sacaron a este sujeto? Gilga lo sabe, pero de momento no dirá de dónde viene. Dice Marx que cuando se entreguen los libros habrá una fiesta pedagógica. ¡Qué se voltee Marx Arriaga de burro!
Dice Guevara que la Cuarta Transformación causa un derrumbe de los aprendizajes de estudiantes de educación básica que será peor que el generado por la pandemia del covid: “lo que están haciendo es terrible. Está precipitando un derrumbe de los aprendizajes. Los efectos serán peores que en la pandemia que mantuvo a los niños encerrados en sus casas. Pero ahora, yendo a las escuelas se perderán aprendizajes por la estrategia educativa del gobierno que desprecia el conocimiento”. Guevara ha dicho: todo es como una simulación, los maestros hacen como que enseñan y los alumnos hacen como que aprenden.
Marx en la conferencia
Cuenta el inefable Marx que en febrero de 2022, en una asamblea en Tabasco, “al estar trabajando sobre cómo deberían ser los libros, el plan de estudios y los programas analíticos, el compañero Fernando Díaz cayó desplomado y murió de un infarto en medio de la asamblea. Sus últimas palabras fueron estas: ‘los libros de texto y los planes de estudio deben ser una fiesta pedagógica’”.
Pobre señor Díaz. Gil no quiere ser insensible, pero también se ha desplomado al hojear y ojear los libros de texto. No ha muerto, pero, rayos, qué trabajo no morirse mientras se leen los libros. Oiga, Marx, ya en serio, ¿cuáles son sus credenciales profesionales como para estar a cargo de los libros de texto? Ninguna credencial, menos mal. Gil pensó que sí sabía usted algo y que habría sufrido no un infarto, como el pobre señor Díaz, sino un problema en las circunvoluciones cerebrales. Gamés ya entendió: su problema no es neurológico sino simple y llanamente un ataque de estulticia suprema.
Todo es muy raro, caracho, como diría Aristóteles: “Todos los gobiernos mueren por la exageración de un principio”.
Gil s’en va