Política

Adoradoras del diablo

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Gil lo leyó en MILENIO en un reportaje tremendo de Laura Sánchez Ley. A Gamés se le pusieron los pelos de punta: desde el año 2019 hay 21 sentencias públicas, radicadas en el Consejo de la Judicatura Federal. Estas denuncias revelan que las mujeres aún enfrentan en tribunales acusaciones por distintos delitos, en donde, como parte de los argumentos, las señalan de ser brujas o adoradoras del demonio.

Gil no quisiera entrar en las once varas de camisa, pero sí hay mujeres que adoran al diablo, lo que sea de cada quien. También es una verdad de cien kilos que en su mayoría las acusaciones provienen de ex maridos a los que se les ordenó pagar la pensión alimenticia o se les negó la custodia total de los hijos, pero también hay jefes que las despidieron de sus trabajos y se les hizo fácil acusarlas de brujería. Perdón, pero hay mujeres que de plano sí hacen hechizos secretos en baños de oficina, en cuartos de lavado, en escaleras oscuras y camas que recuerdan caricias de seda. Ah, cherchez la femme. 

Filtros nefandos

Gil leyó con la serenidad de un neurocirujano: una revisión en la base de datos de sentencias del Poder Judicial de la Federación arroja que de los 21 casos, ocho de ellos fueron asuntos civiles, es decir, juicios de amparo o quejas donde se trataron temas relacionados con la custodia de los hijos o divorcios que se complicaron hasta llegar a los tribunales federales.

Gilga oye las voces del feminismo, ecos de airada protesta y todo eso, pero se ha demostrado que las mujeres esconden en filtros extraños destinos funestos: este hombre quedará mudo por sus caprichos verborreicos; este otro nunca más logrará obra de varón por su soberbia y sus infidelidades. Tampoco vamos a negar los avances de la ciencia-magia. La doctora Álvarez-Buylla lo sabe, pues ella es una magicientífica.

Un juicio de amparo del 8 de octubre del 2020 revela que en la sala familiar de Bravos, en Chihuahua, uno de los argumentos que presentó un hombre en contra de su esposa para quedarse con sus hijos fue que ella era una mujer agresiva que practicaba la brujería. Este hombre cuenta cómo su ex, durante una visita a sus hijos, gritaba que había “unas brujas” que le confirmaron que él la engañaba y que su madre —la ex suegra— también era una bruja que los había hechizado durante su matrimonio. El hombre dejó entrever que tales creencias afectaban a sus hijos. No es para tanto, los niños y las niñas saben de brujas y no los afecta demasiado, si acaso un diván en su juventud, pero eso ya de por sí.

Intolerable

En otro caso de escalofrío, Laura Sánchez cuenta que el 28 de octubre de 2022, un hombre se inconformó cuando su ex esposa logró que un juez fallara a su favor para que fuera él quien saliera del hogar que habían compartido y le dejara la casa a ella y a sus hijos. Según la sentencia, el hombre —que se negaba a dejar la casa— aseguraba que la culpable de la situación familiar era ella, que le había generado daño emocional al reprocharle durante el matrimonio que trabajaba mucho, pero, eso sí, pidiéndole todo el tiempo cosas materiales para la casa. Ya salió el peine: trabajas mucho y esto es un infierno de la pareja y luego, venga la lana y a gastar como bruja. Es que no hay derecho.

Este pobre hombre dijo que cada vez que se enojaba por problemas “imaginarios” ella dejaba de hablarle y por esta razón él había caído en un estado de depresión tal, que lo llevó dos veces a cometer intentos de suicidio. Y todo por la ley del hielo; qué difícil es todo, tampoco exageremos: si no me hablas me quito la vida. Caray, hay que tranquilizarse.

Lean esto y tomen una cucharada de Benadryl: el drama familiar no paró ahí: uno de los argumentos del señor fue que su ex pareja le hacía brujería: “Ya no puedo ni tomarme una copa en mi casa ni hablar con nadie por teléfono, pues de todo me checa, me vigila y me reclama. Incluso tiene un altar”.

Esto sí resulta inadmisible y sin duda proviene de brujerías espantosas: ni una copa y eso sí a espiar para escuchar con quién habla el señor por teléfono. La evidencia del maltrato psicológico fue una fotografía del altar en el que su ex esposa le hacía brujería.

Todo es muy raro, caracho, como diría Stephen King: “los libros son una magia única y portátil”. 

Gil s’en va


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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • [email protected]
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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