El martes por la tarde Trump salió avante en las elecciones primarias de New Hampshire frente a Nikki Haley, su más cercana competidora dentro del Partido Republicano y otrora embajadora de Estados Unidos ante la ONU de 2017 a 2018, precisamente durante la gestión de Donald Trump.
El ex presidente se enfila a la nominación como candidato presidencial republicano, hace unos meses el panorama no era del todo diáfano para él. Ron DeSantis se perfilaba como el nuevo líder y candidato presidencial del partido, algunas bases del trumpismo empezaron a simpatizar con el gobernador de Florida, la idea de ser candidato era muy factible, sin embargo, con el devenir de los Caucus (asambleas de partido) y las primarias la figura política de Trump volvió a emerger.
La narrativa electoral de Trump es la misma que hace cuatro y ocho años, criticando al establishment político por ser el culpable de todo lo malo que acontece en el país.
Trump promete luchar contra la migración ilegal tal y como lo hizo cuando fue presidente; deportaciones en masa y la prohibición del ingreso a Estados Unidos de extranjeros provenientes de países con mayoría musulmana son algunas de sus propuestas radicales.
La crisis del fentanilo no se puede negar, miles de estadounidenses mueren mes con mes por los efectos de dicha droga, el gobierno ya considera el consumo de fentanilo una epidemia.
Trump durante sus mítines menciona que implementará una política de seguridad draconiana en la frontera sur, enviando a la Armada a fin de detener la migración ilegal y a combatir los cárteles de la droga, principales culpables por la epidemia de opioides que hay en el país.
A pesar de que la economía va bien, de acuerdo con datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos creció un 5.2% en el tercer trimestre de 2023 y la inflación cerró en 3.4%, los estadounidenses creen que la economía va mal.
Hay una insatisfacción del electorado hacia el gobierno de Biden, la última encuesta nacional de NBC News, publicada en noviembre del año pasado, arrojó un 40% de aprobación a la gestión presidencial.
Los latinos, un sector importante del voto demócrata, no están contentos con el mandatario federal.
Dentro de la Encuesta Anual de Opinión Pública Hispana, realizada por la Florida International University (FIU), se les preguntó a los latinos lo siguiente:
“¿Te gustaría que Biden se postulará para presidente en 2024?”, el 44.7% dijo que no, mientras que el 34.6% dijo que sí. Casi la mitad de los latinos no quiere que Biden sea de nuevo presidente.
De momento, Trump tiene el camino allanado para su regreso a la Casa Blanca. Biden y el Partido Demócrata se encuentran en problemas.