Ante la actual tesitura resulta difícil que el Gobierno Federal pueda siquiera pensar en una posible reforma fiscal, sin embargo, la crisis sanitaria y económica derivada de la COVID-19 ha puesto al descubierto la fragilidad del Estado mexicano en lo que se refiere a seguridad social; para que México pueda brindar una adecuada seguridad social a sus ciudadanos necesita alcanzar un Estado de bienestar, y para aspirar a tener un Estado de bienestar se necesita de un Estado que tenga dinero, y para que un Estado tenga dinero se requiere que los gobiernos recauden más y de mejor manera los impuestos, para recaudar más y de mejor manera los tributos que pagan los mexicanos resulta indispensable una reforma fiscal; claramente la actual política tributaria es vetusta para las necesidades del Estado mexicano.
En la columna de la semana pasada mencionaba que, al igual que la columnista y politóloga, Viridiana Ríos, comparto la opinión de que México tiene un Estado prácticamente inexistente, por ello es imperativo que a mediano plazo se apruebe una reforma fiscal de gran calado que coadyuve al Gobierno Federal a recaudar más.
México requiere dar un giro copernicano en materia fiscal, hasta ahorita, lamentablemente, ningún partido político se ha pronunciado sobre la necesidad de aprobar una reforma hacendaria en el Congreso de la Unión.
Es de suma importancia que tanto en la Cámara de Diputados, como en la de Senadores, antes de que acabe el año se ponga a discusión proyectos de ley que permitan mejorar la recaudación del Gobierno Federal, por ejemplo, la actual Ley de Coordinación Fiscal se debe replantear, no es posible que en nuestro país sigamos contando con un presupuesto paternalista, los estados y municipios deben tener mayor injerencia en lo que respecta al cobro de impuestos, la Federación no puede seguir usando a discreción la totalidad de los impuestos; por otro lado, habría que considerar la aprobación de una ley que legalice la distribución, comercialización y el consumo de la marihuana, con esta medida la Federación podría obtener una suma importante de ingresos; en California desde que se legalizó la industria de la cannabis en 2018 se han recaudado mil millones de dólares por impuestos obtenidos por la venta y producción de este estupefaciente.
La reforma fiscal debe tener como eje nodal que los que tienen más dinero, paguen más impuestos.
Durante varios sexenios el 1% de la población más rica de este país se vio beneficiada con privatizaciones y condonaciones de impuestos, por moral y justicia social tienen la obligación de pagar sus contribuciones fiscales.
De haber tenido una política fiscal fuerte, probablemente, hoy el panorama económico para el país no resultaría tan poco alentador.