El Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue durante mucho tiempo un partido de masas.
Las causas que dieron origen a este partido fueron los postulados de la Revolución Mexicana.
El PRI desde 1929 hasta 1982, periodo en el que adoptó el nacionalismo revolucionario como bandera ideológica, veló por los intereses de dos sectores importantes que en aquel entonces eran mayoritarios entre la población: los campesinos y los obreros.
Asimismo, el tricolor contaba con cuadros políticos importantes, como Carlos Madrazo y Jesús Reyes Heroles, que creían que las causas de la Revolución Mexicana tenían que llevarse a cabo dentro de un proyecto político de Estado-nación que otorgara justicia social a los mexicanos.
No obstante, uno de los grandes desaciertos del PRI en el siglo pasado fue el no saber escuchar las legitimas demandas de un sector de la población que creció en la década de los 50´s y 60´s como resultado de los grandes crecimientos económicos de aquellos años: la clase media, y que por consiguiente lo llevó a perder en zonas urbanas importantes del país a finales de los 80´s.
En el último cuarto del siglo XX ciertas agrupaciones del sector campesino y obrero dejaron de sentirse representadas por el PRI, factores como la desagrarización del campo mexicano y la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores fueron el corolario para que el PRI dejara de ser un partido de masas.
A la llegada de Salinas de Gortari a la presidencia de la República, siendo el jefe máximo del priísmo de 1988 a 1994, el PRI dio un viraje ideológico importante, del nacionalismo revolucionario pasó al liberalismo social.
El gobierno salinista implementó una política de mercado honda en la economía mexicana, dejando desprotegido a los sectores obrero y campesino.
Si bien la idea de una política de mercado no era mala, impulsando el libre comercio como motor de crecimiento económico, si lo era el no tener un Estado que regulara al mercado y que no apoyara a la inserción de los sectores vulnerables de la población al nuevo paradigma económico (en este caso el neoliberalismo).
En su retorno al poder en 2012 el PRI pudo haber recuperado su esencia como un partido de masas que escuchase a todos los sectores, pero no fue así, obreros, campesinos, clases medias, mujeres, jóvenes fueron olvidados.
La corrupción peñista, aunado al modelo económico neoliberal que demostró no estaba dando resultados, orilló a que millones de ciudadanos votaran por MORENA en 2018. Hoy por hoy el PRI no tiene una narrativa ni un discurso atractivo que atraiga a la ciudadanía, por ello se encuentra en crisis.
Una lección que debe aprender MORENA del PRI es que hay que saber escuchar a todos los sectores de la sociedad, incluidas las clases medias, la opinión de este importante segmento de la población no puede no ser tomada en cuenta, ya que de no hacerlo puede sucederles lo que pasó le pasó al PRI en la década de los 80´s, época en la que empezó a perder en las grandes urbes y capitales del país y que a la postre lo llevó a perder presencia territorial.