Es muy raro que los gobiernos de este mundo, y de esta época, gobiernen para mujeres, grupo vulnerable y olvidado que enfrenta los peores problemas en extremo y en mayor cantidad que no deberían vivir los humanos: inequidad, pobreza, violencia y asesinato.
En México estamos padeciendo todo esto y desde la llegada del neoliberalismo y aun antes,- como diría AMLO-, pero también estamos viviendo una oportunidad ante un nuevo sexenio que sus objetivos primarios son abatir todos estos males, solo que no se ha contemplado la visión feminista.
Las mexicanas tenemos que recordarle que debe implementar políticas públicas y no dejar que los problemas se agudicen, salten a las calles el coraje, la desesperación y el hartazgo, mediante manifestaciones o paros, como se convoca este 8 y 9 marzo, a razón del aumento de feminicidios,- en los últimos 10 años se han asesinado a 23 mil 800 mujeres, INMUJERES- porque son maneras extremas de llamar a la conciencia de todos, de que las mujeres valemos y no queremos vivir con violencia. Así de simple.
Sin embargo estos llamados a la reflexión ya han ocasionado inquietud del gobierno, por creer que es para desestabilizarlo, lo que nunca se ha contemplado; oportunismo político de los contrarios, porque no logran la misma convocatoria; de un sector de la iglesia en desacuerdo, porque dice perjudica a la familia, pero eso sí, recordándonos que somos la causa del pecado original; y todos aquellos que ven mal porque proviene de las mujeres.
Hay que destacar que todo esto ha generado un gran logro, por primera vez las mujeres nos estamos poniendo de acuerdo masivamente para defender nuestros derechos y coincidimos en el objetivo, sin pensar en otras causas feministas que no todas aceptan, como el aborto.
Si realmente asistieran a la protesta las más de 64 millones de mujeres que somos en el país, hicieran el paro 22 millones económicamente activas, la multitud por sí misma demostraría lo importante que somos y lo que podemos conseguir.
Aunque existe liderazgo de algunas mujeres, como es en la Cámara de Senadores que son el 50.8 por ciento, en la de Diputados 48.2 y que por primera vez presiden mujeres. Que siete son mujeres secretarias de Estado y tres son gobernadoras, seguimos esperando mayores resultados a favor nuestro. Sabemos que no podemos pedirles en la misma proporción de resultados al 22.7 por cientos de presidentas municipales.
Igualmente no podemos hablar de equidad cuando las empleadas ganan 20 a 30 por ciento menos que sus compañeros haciendo lo mismo, ni tampoco para el 17 por ciento de puestos directivos que son mujeres. Que solo 19 por ciento son emprendedoras. Que las mujeres tienen que esforzarse el doble o el triple para ser tomadas en cuenta en los partidos políticos y en cualquier actividad que deseen sobresalir. Y que en situaciones de pobreza ha crecido el 6.1 por ciento para mujeres en los últimos 10 años.
En cuanto la violencia, de 46.5 millones de mujeres mayores de 15 años, el 66 por ciento han manifestado que han enfrentado esta, alguna vez en su vida. Que todos los días en nuestro país son asesinadas 10 mujeres.
Si el gobierno quiere demostrar que son diferentes a otros, debe gobernar también para las mexicanas. Eso señor Presidente, no quiere decir que los problemas de su administración aumenten, lo que tiene que hacer es escuchar más a todas las organizaciones a favor nuestro, a sus colaboradoras, amigas, familiares y su esposa, porque todas indistintamente padecemos por haber nacido mujeres, en un sistema patriarcal.