¿Cómo orientan a su hijo adolescente cuando sus problemas emocionales son iguales a los que él está viviendo? Intentan asesorarlo sobre noviazgo, pero él mira a sus padres llorando y peleando por teléfono, con su actual pareja.
Exactamente igual como peleaban antes de que se divorciaran. Quieren decirle a su hija que “se de a respetar” con su novio nefasto… pero ella miraba a su padre que golpeaba e insultaba a su madre, quizá igual como ahora lo hace con su nueva relación.
La última ocasión en que intentaron reprenderla, por permitir que el novio la maltratara, les miró con una sonrisa, mezcla de burla e incredulidad. Y les preguntó: “¿con qué cara me quieren hablar de respeto”?
Se desesperan porque los miran hacer las cosas sin motivación, se desgastan de pedirles que cambien su apatía, que se tomen en serio la escuela y la vida... pero para eso, primero tendrían sus padres qué encontrar la manera de salir de su propia depresión, de levantarse del sofá, de dejar de dormir hasta tarde los fines de semana dejando morir las horas sin tener una convivencia auténtica con sus hijos.
Porque de pronto, esos padres modernos y tan jóvenes, no saben cómo se les fueron las ganas y la vida. Sienten que apenas hace unos años el futuro les sonreía lleno de sueños por conquistar y pensaban que el mundo adulto aun estaba muy lejos.
Y de pronto ya compartían la cama y la casa con una persona que se volvió una extraña. Y luego ya estaban los hijos. Esos chicos que ahora se dan cuenta que en realidad no los conocen. Que intentan guiar pero saben que están igual de perdidos…
¿Cómo acabó la hija consolando a su madre por sus desventuras amorosas y secándole las lagrimas? ¿No se suponía que su madre sería su faro en la oscuridad? ¿En qué momento se invirtieron los papeles?
Se esperaba que los chicos velarían por sus padres en la vejez, pero no en los 40. Y un día la vida les grita en la cara qu edeben hacerte cargo de sí mismos, que ya son papás además de adultos, que no pueden seguir actuando como sus hijos adolescentes.
¿Quién cuida a quién…? Así las crisis emocionales de los Millenials ya adultos.
Aún tienen mucho trabajo que hacer por dentro de ellos…