Margarita Zavala de Calderón la armó grande al renunciar al Partido Acción Nacional después de 33 años de militancia, de los cuales se ufana. El ex presidente Calderón dijo sin reticencia: “adonde vaya, iré”.
Los alegatos de la ex primera dama fueron rotundos y agresivos políticamente, por más que alega que se va sin rencor. Ricardo Anaya consideró que la decisión de la señora era equivocada. Se fue “echa la mocha”, como se dice coloquialmente, porque se le vencía el plazo para ser independiente.
Anaya alegó que había buscado por todos los medios una entrevista con la señora y le pidió que hiciese “un último esfuerzo de diálogo sincero, generoso, para preservar la unidad del PAN”. La ahora ex militante panista aseguró: “Llevó dos años buscando diálogo. La división es tu responsabilidad, eres el presidente del partido. Ya hablaremos”.
Anaya también dijo que era su convencimiento que “México es mucho más grande que cualquiera de nosotros en lo individual, la división del PAN solo le sirve al PRI y la división del PAN no le conviene a México”.
La señora llegó al extremo de que la entrega de su renuncia fuera registrada por la Notaría 68 de Ciudad México. Y para dar constancia audiovisual apareció en un video en redes sociales e insistió: “Durante dos años pedí un método democrático, transparente y claro, que se escuchara a la ciudadanía para tomar una decisión. Pedí reglas. Lo pedí en público y en privado, lo pedí en la Comisión Permanente, por escrito y en video. La respuesta siempre fue una evasión”.
Aprovechó Enrique Ochoa, el presidente del PRI, e inculpó a Anaya en lo que considera una actitud intolerante y poco democrática y que se adueñó incluso de los promocionales del partido con agravio a los militantes del albiazul y al pueblo de México. “Claramente se le está desmoronando el PAN entre las manos”.
La creencia generalizada es que el trasfondo está en la pretensión de Anaya de ser el candidato panista a la Presidencia. De suerte que este es el peor de los momentos para este partido. Roberto Gil, senador panista: “Esto ya no tiene remedio”.
Senadores que se denominan rebeldes también bronquean a Anaya, a quien amenazan: no te liberarás de nosotros, no nos vamos, seguiremos luchando con más fuerza para rescatar a Acción Nacional.
Así que el PAN se volvió acedo y no podrá tener presencia sólida y unitaria en los comicios y ante la constitución de un frente nacional. El país sufre un sismo político y no solo el oneroso, gravísimo, terremoto terrestre.