Veinte de noviembre. Aún no es tarde pero la luz del día se apaga rápidamente.
El Arquitecto Edgar Villarreal oye un rido raro en su jardín.
Sale con su cámara y busca el origen del discreto aullido y encuentra, entre las ramas del árbol, la silueta de un búho.
Grande y con cuernos u orejas, que no son ni una cosa ni la otra sino unas protuberancias emplumadas que lo parecen. Apunta su cámara y toma la foto.
Hay un búho grande y con orejas relativamente en nuestro país: el Duque o Búho Cornudo, Bubo virginianus.
Hay otro, de tamaño menor pero mucho más raro: el Búho de cara canela, Asio otus para la ciencia.
Edgar, sabiendo qué hacer, subió sus fotos a la plataforma de Conabio (naturalista.mx) donde varios naturalistas, duchos en búhos, lo identificaron como el Búho cara canela, el raro.
Tan raro que en la plataforma, que hoy contiene más de un millón setecientos mil registros de la biodiversidad mexicana, sólo tiene diecisiete registros del Búho cara canela.
Siete de la zona de Janos, Chihuahua, el extremo sur de su rango de reproducción y sólo diez de individuos migratorios en partes más al sur. Del Duque o Búho cornudo hay cientos de registros.
¿Qué significa esto? Que Edgar Villarreal, arquitecto y profesor universitario, hizo ese 20 de noviembre, una aportación valiosa que permite saber un poco más de la vida de este bello búho en nuestro país. Gracias a su afición por las aves y gracias a la plataforma ciudadana de Conabio, naturalista.mx
Pero la historia no termina ahí. La Sra. Maru García oyó un fuerte ruido en una ventana de su casa en Granjas San Isidro el 22 de noviembre de 2016. Salió al jardín y se encontró tirado a un búho grande, con cuernos u orejas.
A raíz del registro de Edgar, Maru recuerda la historia de aquel bello búho que se portó de manera tan dócil y gentil mientras se recuperaba de sus golpes.
Transcurrieron tres años al día -casi- entre dos avistamientos tan raros como significativos.
Otra historia de sorpresas para animarle a que salga y fotografíe nuestra flora y nuestra fauna y las suba a la plataforma de ciencia ciudadana de la Conabio.